Los locales precintados se encuentran contiguos en la calle Punta Prima de es Pujols. | Guillermo Romaní

El presidente del Consell de Formentera, Jaume Ferrer, y el Jefe de la Policía Local de la isla, Joan Mayans, a quienes acompañaba Bartomeu Escandell, conseller responsable del área de Activitats, anunciaron ayer que se había procedido al precinto de los equipos musicales de tres conocidos establecimientos dedicados al ocio nocturno de es Pujols y que, el pasado 4 de agosto, se habían precintado dos establecimientos contiguos, situados en la calle Punta Prima, número 8, también de es Pujols, por no tener la pertinente licencia de apertura.
Ferrer no quiso decir el nombre de los establecimientos arguyendo cuestiones legales pero una visita a es Pujols confirmó que la pizzería La Dolce Vita y el salón de tatuajes y piercing Los Buenos Muchachos que están pared con pared, lucían un precinto policial en la puerta.
En cuanto a los bares al tratarse de establecimientos que abren sus puertas al anochecer, ayer por la mañana permanecían cerrados y no había ni siquiera personal de la limpieza para ver los precintos en los equipos de música, pero en los bares de la zona que trabajan durante todo el día, confirmaron que se trataba de tres tan conocidos como The Beach, Indiana Café y Nero Paco, estos dos últimos igualmente contiguos y a escasos metros del tercero en cuestión, en una zona repleta de establecimientos de ocio nocturno.
Sonómetro en condiciones
Ferrer explicó que, desde que el 9 de julio, la Policía Local tuvo en perfectas condiciones el sonómetro que permite leer el nivel de ruido, se habían efectuado numerosas inspecciones y tres de ellas habían derivado en un expediente sancionador.
Preguntado por la situación de los bares, Ferrer indicó que en el momento que ajusten sus equipos musicales y el establecimiento quede insonorizado respecto a las normativas vigentes (que de noche el máximo exterior sea de 53 decibelios) y paguen la sanción correspondiente, podrán volver a poner música en los locales y los que carecen de licencia de apertura, en cuanto la obtengan y abonen la sanción, también podrán reanudar la actividad.
En cuanto a las multas y según la legislación vigente, la Ley 1/2007 de 16 de marzo de Contaminación Acústica, el real decreto 1367/2007 de 19 de octubre que desarrolla la Ley 37/2003 de 17 de noviembre sobre Ruidos y a la zonificación acústica, se mueven en un amplio abanico económico que va desde 12.001 euros hasta los 300.000 euros.
El presidente del Consell, que fue igualmente cauto a la hora de hablar de cifras, dijo al menos que las multas previstas para estos casos en concreto se sitúan entre los 60 y los 80.000 euros.