Un poema ibicenco desconocido escrito por Ricardo Molina en 1953.

El pasado 27 de agosto PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA entrevistó a Olga Rendón, filóloga y especialista en la obra del cordobés Ricardo Molina (Puente Genil, 28 de diciembre de 1917, Córdoba, 23 de enero de 1968), poeta que estuvo en Ibiza en agosto de 1953 y del que este 2017 celebramos el centenario de su nacimiento. Ricardo perteneció al grupo Cántico y tuvo una relación muy fluida con los grandes poetas de la Generación del 27.

Cuando llegó a la menor de las Pitiusas, Ricardo Molina ya era un poeta consagrado. Había ganado el prestigioso premio de poesía Adonais en 1949 y era autor de una magnífica guía de Córdoba llena de matices literarios. Su hermano, Enrique, se había instalado en Ibiza huyendo de la guerra civil peninsular. En Vila, junto al puerto, montó una especie de taberna en la que servía vino Montilla Moriles que le mandaban de Córdoba sobre todo a los militares que estaban en la guarnición ibicenca. Finalmente, se casó en Ibiza y la vinería se convirtió a partir de 1954 en el restaurante La Solera que todavía está en la plaza de la Tertulia y es uno de los más típicos de la isla.

Así las cosas, en agosto de 1953, el poeta cordobés se presenta en nuestra isla para ver a su hermano. Es probable que viniera desde Palma de Mallorca porque uno de sus poemas titulado Nocturno de San Antonio, dedicado a Xam, que así se llamaba el gran dibujante Pedro Quetglas (1915-2001), está también fechado en agosto de 1953. En este poema se nota que ambos se lo pasaron muy bien y que corrieron buenas juergas. El poema mallorquín de Ricardo Molina comienza así: «Balcón / abierto a la noche / del alcohol. / Yacen / pisados en las calles /cielo y flor».

El archivo de Concha Lagos

En la sala Cervantes o de manuscritos de la Biblioteca Nacional, signatura Mss. 22657, se encuentra parte del archivo de la escritora cordobesa Concha Lagos (1907-2007) y dentro de este fondo hay mucho material de los escritores que colaboraron en Ágora, la revista literaria que ésta dirigía, o que estaban en el entorno amical de esta promotora cultural: Jorge Guillén, Vicente Aleixandre, Gabriel Celaya, Blas de Otero, Celia Viñas, Leopoldo Panero, Carles Riba y muchos otros. En este archivo se encuentra, por ejemplo, una carta de Pablo Neruda desde París que Concha no pudo publicar en su revista y que decía así: «Queridos poetas españoles, aquí me tienen muy cerca de la tierra española, lleno de sufrimiento por no verla y tocarla. Soy un desterrado especial, vivo soñando en España».

 

Poema a Ibiza
Entre los papeles atesorados en el archivo de Concha Lagos figura el poema manuscrito de Ricardo Molina titulado Ibiza.

Ni flor ni amor
Para tan breve día
Amar es malgastar la vida en sueños.
Tierra impelida en monte hacia la altura
o cumbre apasionado hacia los cielos.
Toco en la áspera roca abrasadora
creación virginal.
A Dios presiento
en la alta soledad de azul y cima.
A nueva luz y a nueva voz despierto.
Ibiza enhiesta frente a España duerme
un instante en su paz al sentimiento,
lo purifica y lo dilata.
En ella
cumbre desnuda y libertad aprendo.