Pep Tur nos citó en el Paseo Vara de Rey donde disfrutamos de la peatonalización del espacio. Allí charlamos tranquilamente sentados en una fría mañana de diciembre. Además, el concejal de Cultura y Patrimoni de Eivissa no dudó en fotografiarse con el árbol solar. | DANIEL ESPINOSA

Pep Tur, concejal de Cultura y Patrimoni del Ayuntamiento de Eivissa se llama José Juan Tur Cardona. Sin embargo, sólo sus muy allegados lo saben. Todo el mundo en la isla le conoce como Pep. Algo que refleja la personalidad de este hombre de algo más de uno sesenta que esconde una personalidad arrolladora. Inteligente, tirando casi a erudito, amable, cercano y afable, nuestro aspirante de esta semana es un gran conversador que tan pronto es capaz de recomendar con acierto una serie que comentar sin forofismos y con mucho conocimiento el juego de su querido Barça. Y es que hay quien dice que cuando gana su equipo cree que hay Dios y es azulgrana. De todo ello hablamos sentados en el Paseo Vara de Rey, peatonalizado por cabezonería del equipo de Gobierno al que pertenece y que, las cosas como son, ha quedado precioso.

—José Juan Tur Cardona. José, Juan, Pepe, Pep... ¿cómo le llamamos?

—(Risas). Pues me han llamado de todo, incluso Pepito y Melo. Pero, sinceramente, me siento más Pep Tur. De hecho cuando veo un documento oficial donde pone José Juan Tur Cardona me cuesta reconocerme.

—Ha venido todo de negro. Si que se ha metido en el papel de Sardina Negra.

—(Risas). Bueno en mi caso no tiene mérito porque mi gama cromática no es muy extensa.

—Nos han dicho que le preguntemos si alguna vez viste algo de otro color.

—(Risas). Si consideramos al gris como un color sí pero de los otros es difícil porque no tengo mucho. Supongo que porque yo ya de por si soy un poco oscuro. (Risas)

—Gracias por traernos al peatonalizado Paseo Vara Rey. Al final, después de muchas polémicas, ha quedado muy bien..

—Pienso que sí, pero eso lo tienen que decir los ciudadanos, no yo. Si creo es que era un cambio que la ciudad necesitaba y, sin embargo, no fue una idea nuestra del todo. Era un proyecto que ya estaba aprobado hace muchos años pero que se había guardado en un cajón hasta que llegamos nosotros y lo revitalizamos. Era una de nuestras prioridades en el programa de gobierno y lo hemos conseguido.

—No ha sido fácil. El tema sigue dando que hablar.

—Todos los cambios no son fáciles y menos cuando son tan importantes. Pero creo que la ciudad ha ganado mucho porque ahora da gusto pasear por Vara de Rey y escuchar por las mañanas los pájaros cantar. Es una tendencia que se aplica en otros grandes centros históricos y al final la ciudadanía lo agradece.

—¿Qué fue más difícil, elegir el empedrado o convencer a la gente y a los comerciantes de que era una buena idea?

—(Risas). Ahí ahí. Es cierto que el pavimento también generó inquietud pero lo teníamos muy estudiado porque habíamos ido a otras ciudades para ver opciones. Teníamos claro que tenía que casar con los alrededores de la muralla porque queremos que todo forme parte de un mismo conjunto y que los ciudadanos sientan el centro de la ciudad como suyo.

—Me han dicho que la gente se lleva las piedras de recuerdo a casa...

—(Risas). No me extraña. De hecho cuando las decidimos poner ya lo contemplábamos como una posibilidad. Y no lo veo mal porque eso es que les ha agradado. Además, yo no soy el más indicado para hablar porque tengo una gran colección de piedras de todo el mundo en casa y mis amigos siempre me traen alguna. (Risas)

—Habla de que los vecinos sientan la ciudad como suya. ¿Cómo se consigue eso con Sa Penya? Como concejal de Patrimoni, ¿éste es su mayor marrón o su mayor desafío?

—Mi mayor desafío e ilusión. Sa Penya lleva separada de la ciudad más de treinta años y hacer un plan para rehabilitar socialmente la zona es apasionante. Eso sí, no es un tema de dos días, se trata de un trabajo a largo plazo.

—¿Y cómo se soluciona el problema?

—Concienciando a los vecinos de uno y otro lado que Sa Penya pertenece a la ciudad. Si conseguimos educarlos y mejorar la zona la gente no tardará en volver a visitar el barrio e, incluso, comprarse viviendas allí. Pero ya le digo, es cuestión de tiempo, trabajo y paciencia.

—Oyéndole veo que ya es político profesional. ¿Cómo acabó en este embolado?

—(Risas). Pues tengo que dar las gracias, entre comillas, a mi querido Carles Fabregat. El fue el primero que vino para convencerme de dar el salto de la política de bar entre amigos a la profesional. Después, cuando me contactaron desde el equipo de Rafa Ruiz del PSOE no lo dudé porque siempre me he sentido socialdemócrata. Otra cosa ya fue cuando vi que había salido en el número 5 de la lista. (Risas).

—¿Brindó o dijo, Dios mío, en qué nos hemos metido?

—Pues las dos cosas. Yo me había metido porque quería y, oye, al final ha sido genial porque he conocido a gente maravillosa, tanto en el PSOE con Rafa Ruiz, como en Guanyem y la oposición. Y también en el Ayuntamiento y en otras ciudades. En fin, que aunque suene raro, se lo recomiendo a todo el mundo porque no hay nada mejor que trabajar al servicio del ciudadano.

—Los que le conocemos de hace tiempo sabemos que no ha cambiado en exceso. ¿Sigue yendo a trabajar en bicicleta?

—Eso es cierto. Intento seguir siendo yo mismo. Y sí, siempre que puedo me desplazo en bicicleta aunque ahora estoy en un pequeño paréntesis porque me he cambiado de casa.

—¿Va a hacer un carril bici hasta Can Botino?

—(Risas). No, no. Jamás se me ocurriría.

—¿Y sigue con su mochila? La suya es casi más famosa que la de Pocholo.

—(Risas) Es que me es muy necesaria. Llevo mucha documentación conmigo y por supuesto mil cables para todos mis aparatos eléctricos.

—Ser concejal de Cultura siempre parece más tranquilo. ¿Cuantos colegas suyos piensan que sólo tenemos música electrónica?

—(Risas). Unos cuantos. La música electrónica es un activo que tenemos y que hay que seguir aprovechando para poder hacer otras cosas porque la gente nos pide que no seamos monotemáticos. Eso lo comprobé como redactor de Cultura e intento aplicarlo en mi día a día.

—A la hora de programar, ¿ser una isla es un handicap?

—En algunas cosas. Afortunadamente programas como el PLATEA del Gobierno español o el Talentib nos ayudan mucho. Pero no nos engañemos, Ibiza es preciosa y ofrece otras muchas cosas que atraen a músicos y cantantes.

—¿Cuál es la espinita que tiene clavada?

—Muchas la verdad. Tal vez traer al compositor Max Richter, Radiohead o un montaje de Miguel del Arco. Pero la lista es interminable.

—¿Sigue viendo series? Para mí usted es un referente. Siempre que me recomienda alguna acertamos.

—Gracias. Ahora todo es mucho más complicado pero estoy viendo una muy recomendable, La zona. También me ha encantado Mindhunter producida por David Fincher, y espero la nueva temporada de Black mirror. Y mientras, siempre reviso algunas que ya he visto.

—¿Y de donde saca el tiempo?

—Pues racionalizándolo porque ahora vivo casi permanentemente pegado al teléfono.

—Y ya la última. Este año su Barça va de lujo...

—Es cierto, pero aún hay margen de mejora. Pero no nos podemos quejar porque hemos tenido lesiones muy importantes como las de Dembelé o Umtiti. Además, tenemos un gran entrenador como Ernesto Valverde que, sin llegar al excelencia de Guardiola, lo está haciendo muy bien.

—Siempre que le oigo creo que podría estar en Fiebre Maldini o en algún programa de análisis. Admiro como ve el fútbol sin forofismos.

—No tendría nada que aportar. Soy más de estar con amigos y comentar con unas cervezas. Y no soy forofo porque aunque soy muy del Barça a mí me encanta el fútbol como espectáculo y ver partidos de otros equipos como la Juventus, el Atlético de Madrid o el Manchester City. Y por eso no tengo problemas en reconocer que durante los dos últimos años el Real Madrid ha sido mejor.

A FONDO

. UN LIBRO.

El elogio de la sombra de Tanizaki Junichiro

. UNA PELÍCULA.

Vértigo

. UNA SERIE.

The Wire

. UN GRUPO.

Max Richter

. UN COLOR.

Negro

. UN PLATO DE COCINA.

Judías con cebolla

. UN DEPORTE.

Ciclismo

. UN VIAJE QUE NUNCA OLVIDARÁ.

Islandia

. UN LUGAR DE LA ISLA DONDE SE PERDERÍA.

Vara de Rey o la costa del norte de la isla

. UNA MANÍA.

Soy obsesivo

. UN DEFECTO.

Lo mismo

. UNA VIRTUD.

Generoso

. UN SUEÑO POR CUMPLIR.

No sabría que decir

. ALGUIEN A QUIEN ADMIRE.

A gente que conozco y con la que he aprendido cosas. Carles Fabregat, Paco Romero o Germán G. Lama

. TE HUBIERA ENCANTADO SER...

Pintor y fotógrafo

PEQUEÑA BIOGRAFÍA

Pep Tur nació en Eivissa en 1970.

Estudió Administración en el Instituto Isidor Macabich de la ciudad de Ibiza y posteriormente su carrera profesional ha estado principalmente vinculada al periodismo y al diseño gráfico.

Fue redactor y jefe de edición en el periódico Última Hora Ibiza y Formentera durante 17 años y diseñador en És Així Disseny.

Artista autodidacta desde la adolescencia, ha protagonizado diversas exposiciones de pintura y fotografía tanto en la isla como fuera de ella.

Además, es autor del libro de poesía Retalls en fa menor (Sa Moderna d’Edicions) y del volumen de fotografía Ibiza, Ibiza (Ses Salines Ediciones).

Actualmente ocupa el cargo de Concejal de Cultura y Patrimoni del Ayuntamiento de Ibiza. Representa al PSOE.