El mejor regalo para esta Navidad.

Nos hallamos ya inmersos de lleno en estas fechas tan entrañables para unos y odiadas para otros, en las que, en cualquier caso, nos vemos prácticamente obligados a ocuparnos del tema de los regalos.

Es cierto que el consumismo desmesurado en el que nos movemos hace que se desvirtúen bastante estas Fiestas y su significado original. Pero, también es verdad que, unas Fiestas sin regalos, seguramente, no serían lo mismo, sobre todo para los más pequeños, ¿verdad?

Sin embargo, en nuestras islas, en las que, en temporada alta tenemos tantísimo trabajo, tenemos la enorme suerte de no sufrir privaciones graves y de tener nuestras necesidades básicas cubiertas. Y, por ello, tenemos muchísimas más cosas de las que, quizás, necesitemos realmente.

Acumulamos, compramos, guardamos, hasta tal punto que, nuestras casas llegan a parecer casi almacenes.

Frente a esta situación, la pregunta casi obligada: “¿Qué regalo yo estás Fiestas?”, quizás cobre más sentido.

Es un verdadero problema saber qué regalar, cuando ya está todo regalado y cuando la persona a quien vaya dirigido nuestro regalo ya tiene de todo.

También hay que añadir el hecho de que no podemos seguir acumulando cosas indefinidamente y que, si seguimos fomentando esta cultura consumista desmesurada, estamos contribuyendo a recargar excesivamente nuestras casas (con todo lo que eso implica para nuestro bienestar y tranquilidad) y, lo más grave, nuestro entorno y nuestro hábitat natural.

Frente a eso, ¿qué podemos hacer?

Me gustaría proponer varias ideas, por si pueden aportar alguna ayuda:

1. Si vamos a regalar un objeto, que sea natural y artesano: No se habrá dañado el medio ambiente para producirlo, y, además, estaremos fomentando la creatividad, la artesanía y aportando valor a trabajos individuales y únicos que merecen mucho ser apoyados.

Si, además, es un objeto local, creado aquí, estaremos ayudando a nuestros propios artesanos locales y difundiendo nuestra artesanía tan rica y única. (Por ejemplo: joyas, espardenyes, moda Adlib, instrumentos, cestos, bordados, bisutería, cuero…).

Si nos decantamos por regalar algún producto alimenticio local (por ejemplo, vino, sobrasada, miel, aceite, pan, coques, salsa, dulces tradicionales…) ayudaremos además a nuestros excelentes productores locales que, a menudo, se encuentran con que son más valorados fuera de nuestras islas que aquí.

Lo bueno de regalar este tipo de productos es que se consumen, por lo que no se acumulan, ni contaminan, y fomentan, además, el compartir y el saborearlos en compañía.

2. Mejor que regalar cosas es regalar experiencias. Una cosa se consume, y/o se acaba estropeando, tirando o, lo que es peor, acumulando. Sin embargo, una experiencia, queda en el recuerdo para siempre y aporta algo único e imborrable a quien lo recibe.

Algunas ideas pueden ser: una comida o cena en algún lugar especial, una entrada para un espectáculo o evento que sepamos que a la otra persona le va a encantar (cine, teatro, circo, concierto, musical, festival, congreso, exposición…), una noche o fin de semana en un hotel, un viaje a algún lugar especial, una excursión que resulte valiosa para quien lo recibe, un masaje o un tratamiento de belleza, una entrada para un spa o un balneario, una visita a un parque temático…

Lo más bonito de este tipo de regalos es que, además, se pueden compartir. Es decir, que podemos regalar lo mismo a muchas personas, e incluso, disfrutarlo nosotros también.

Y si, además, hacemos fotos o vídeos de la experiencia, nos aportan nuevos momentos de disfrute, al verlos después.

3. Todos los regalos son una muestra del enorme cariño que les tenemos a quienes los reciben, y una forma de mostrarles nuestro amor, agradecimiento, apoyo, admiración… De decirles que nos importan, que son especiales para nosotros, que les recordamos y que nos hace felices que estén en nuestras vidas.

Por ello, el mejor regalo que le podemos hacer a alguien querido, no se compra con dinero, ni se puede encargar, o almacenar.

No cuesta nada, pero, tiene un valor incalculable.

El mejor regalo que podemos hacerle a quien nos importa es… nuestra presencia.

Nos sucede demasiado a menudo que estamos con alguien presencialmente, pero, en realidad, nuestra mente está en cualquier otro lugar, menos allí.

Estamos hablando con alguien y, mientras tanto, estamos pensando en mil cosas, o atendiendo a otras mil más.

O, lo que es peor, estamos compartiendo con alguien nuestro tiempo, pero, mientras tanto, estamos con el móvil, en cualquier otro lugar que no es aquí y ahora con esa persona.

Lo mismo sucede a menudo con las familias delante de la televisión. Todos miran el aparatito y nadie está realmente con nadie, conversando, compartiendo, disfrutando juntos.

Vivimos desconectados, fuera de nosotros mismos, ajenos, no solo a lo que sienten, dicen o transmiten los demás, sino, lo que es aún mucho más grave, ajenos a lo que pensamos, sentimos y transmitimos nosotros mismos.

Mi propuesta es simple, aunque, quizás, difícil de cumplir, si no estamos acostumbrados: poner nuestra intención y nuestra actitud en realmente ESTAR estas Fiestas con quienes nos importan.

Y tú, ¿qué vas a regalar esta Navidad