Seis de los protagonistas posan con Ana Ribas, concejala de Benestar Social. | ARGUIÑE ESCANDÓN

«Con el cáncer se vive». Lo dice Lluis después de que le diagnosticaran sarcoma hace casi 20 años. Se le siente fuerte y con ganas de comerse el mundo, como a Susana, Lourdes, Silverio, Ira, Kevin, Pilar, Neus, María José, José Luis, Natalia y Paqui. Ellos son los protagonistas del documental ‘Càncer i Vida’ impulsado por el departamento de Benestar Social de Sant Josep que verá la luz el 3 de febrero, coincidiendo con el Día Mundial contra el Cáncer, en Can Jeroni. Doce historias contadas en 50 minutos que, como dice la concejala Ana Ribas, «transmiten mucha fuerza y creo que van a salvar muchas vidas».

En él hablan del cáncer en primera persona y con la naturalidad que, muchas veces, el resto le quitamos. Esta enfermedad está a la orden del día y necesita que se hable de ella, se comparta y se entienda. Quienes la sufren tienen miedos, preguntas, dolores y días de no querer salir de la cama, pero también tienen un objetivo al que aferrarse: las ganas de vencerlo. «Yo lucho contra esto porque es mi trabajo. El tuyo es levantarte por la mañana y dar con un jefe que te está haciendo la vida imposible», cuenta José Luis, enfermo de melanoma en estadio 4.

Tienen una vitalidad que asombra, que parece que no encaja con la enfermedad, pero se permiten estar de capa caída de vez en cuando. De hecho, Lourdes se ha grabado en la frente la palabra ‘permítete’. «Me tengo que permitir encontrarme mal y tengo que entender que hay dolores que no tienen nada que ver con mi enfermedad». Lourdes sufre cáncer de mama desde hace poco más de un año, al igual que Susana, su compañera de fatigas. Juntas están viviendo esta «montaña rusa» que un día las tiene arriba y otro abajo.

«Es muy importante rodearte de personas que sumen y que no te dejen caer. Esto es como estar arriba del todo de un castillo y yo nunca he podido tocar el suelo porque tengo a mucha gente abajo», cuenta Susana. Lo hace con una sonrisa de oreja a oreja a pesar de sufrir un cáncer metastásico. Tiene cáncer, sí, pero le pueden las ganas de superarlo.

Para ellos, la fórmula matemática de la vida consiste en sumar optimismo, actitud y conciencia. «Es una pena tener que verte en esta situación para darte cuenta de lo que verdaderamente es importante», dicen. Y es que ahora es cuando están viviendo al 200%. «Antes vivía bien, pero me ha pasado esto y voy a vivir mejor. Saboreo cada minuto. Ahora disfruto de verdad de una puesta de sol y siento como si unas fibras me estuvieran tocando», dice Lluis.

La clave está en no dejar que el tiempo pase en balde. «Cuando te diagnostican la enfermedad necesitas reaccionar. Al principio tienes un momento de parálisis, pero después pones tu contador a cero y empiezas de nuevo; empiezas a vivir», explica Susana.

Relativizar los problemas

El cáncer es una enfermedad que te da palos constantemente, pero te enseña a tener paciencia y a relativizar los problemas. «Tienes que seguir con tu vida y afrontar lo que te viene sobre la marcha. Si ayer estabas pintando un cuadro hoy también tienes que hacerlo», dice Lluis. Entre sus planes no entra rendirse porque «si psicológicamente no estás fuerte, esta enfermedad te pasa por encima».

Hay diferentes fases. Según explican, primero te paraliza, luego lo aceptas y, al final, reacciones. «Es muy importante afrontar tu día a día con actitud porque si no luchas, ¿qué te queda?», se pregunta Lourdes. Con esto no quiere decir que todo sea un camino de rosas, pero sí que intenta que lo sea; por lo menos que se le parezca. «No se trata de hablar de lo malo, eso ya lo descubre cada uno cuando lo sufre. Tampoco vale preguntarse ‘¿por qué a mí?, porque no vas a encontrar la respuesta», añade.

En esta enfermedad, como en otras, hay muchas cosas de las que todavía cuesta hablar como de los efectos secundarios o de los miedos que genera. Como dice Lluis, parece que no se quiere hablar abiertamente del cáncer por si contagia. «Que lo tengamos no quiere decir que no vivamos igual que los demás. Siempre te preguntan si puedes hacer esto, comer lo otro... y quitando los meses que lo pasas mal, el resto es como siempre», matiza José Luis.

Todos coinciden en que hay mucha desinformación al respecto y aseguran que el cáncer no te paraliza si el cuerpo te acompaña. Piden, una vez más, naturalidad para abordar la enfermedad. «Nos hemos dado cuenta de que cuando hacemos una actividad en conjunto, nuestros males se pasan. No es que pasen, es que, en ese momento, no recordamos el dolor», explican.

Son conscientes de su fortaleza y es que son capaces de sacar energía extra cuando más les flaquean las fuerzas. La verdad es que el cáncer ha marcado un antes y un después en sus vidas. «Que no parezca que es fácil porque es un proceso duro. La medicación produce mucho dolor a nivel corporal, pero tienes que tirar de cabeza», explican.

Les llamamos superhéroes, supervivientes y un largo etcétera, pero nada más lejos de la realidad son personas, como tú y como yo, que han aprendido a vivir con una carga más por la que se niegan a que se les tilde de víctimas. Tienen mucha luz y la contagian. Y lo más importante, son capaces de enseñarnos que, al final, lo único que vale es lo que suma porque «positivo y positivo siempre da como resultado algo positivo».

Lluís y José Luis

El dúo «revolucionario» del grupo pide más inversión para investigación

Se conocieron a raíz de la grabación del documental y encajaron desde el primer segundo. Los dos coinciden en la necesidad de que la Seguridad Social ofrezca alternativas en los tratamientos ya que consideran que «a veces la gente no se muere por el cáncer, sino porque no supera la medicación». Por ello, proponen que se pueda elegir entre medicina natural y medicina común.

Además, reivindican la necesidad de que se ponga una casilla para investigación en la Declaración de la Renta. «La prevención es fundamental y parece que no conviene destinar dinero para ello», critican.

Silverio e Ira

La pareja se aleja de la negatividad y espera que el documental sea el inicio de algo nuevo

Silverio tiene cáncer de próstata desde hace seis años e Ira de mama desde hace unos meses. Ambos coinciden en la necesidad de superar el «miedo» que se instala en cada uno cuando le diagnostican cáncer y aseguran que la negatividad les afecta. «Percibes el mal rollo y no necesitas momentos de tensión».

Ira se puede decir que es «novata» y cuenta que le ha ayudado mucho conocer el caso de una mujer que padece su mismo cáncer.

Al igual que sus compañeros, agradecen la oportunidad de poder contar sus historias y esperan que esto solo sea el inicio de algo nuevo.

Lourdes y Susana

El cáncer ha hecho que estas dos mujeres quieran ayudar con su experiencia al resto

Se consideran afortunadas por tener el apoyo de familiares y amigos y solo les interesa lo que aporta. «No ayuda que alguien en tu situación te transmita pena y resignación. No puedes bajar los brazos y decir que es una pena».

Hablando con el resto de sus compañeros se han dado cuenta de que la enfermedad se lleva mejor si se comparte y se ofrecen a ser voluntarias en la isla para organizar «charlas» entre personas afectadas que quieran contar su situación. Es una especie de «autoayuda» que, según varios estudios, alarga la vida.