El artista catalán Josep Vallribera considera que «Ibiza tiene un espíritu que me ha encantado toda la vida y siempre será mi casa aunque no haya nacido aquí». Vallribera visitó ayer la muestra de sus obras inaugurada hace casi un año en la antesala del salón de plenos del Ayuntamiento de Eivissa con motivo de su próxima clausura a mediados de febrero ya que no le había sido posible acercarse a la isla para su inauguración. En la cita estuvieron presentes el concejal de Cultura i Patrimoni, Pep Tur, y la directora del Museo de Arte Contemporáneo d’Eivissa (MACE), Elena Ruiz. Tur recalcó que «es un placer tenerlo aquí para acabar el ciclo de una exposición que personalmente es una de las que más me han gustado desde que estoy aquí. Justo delante de la sala de plenos ha resultado ser una de las más motivadoras y de las más interesantes. Siempre lo he considerado un artista valiente que ha trascendido las modas siguiendo siempre su instinto en varios tipos de estilo». Y explicó que «aquí tenemos obras de diferentes técnicas artísticas pero con absoluta coherencia con su discurso. Es un honor tener su obra justo delante del salón de plenos, hace que la cultura llegue a la democracia para hacer entender que la política y las entidades administrativas y locales deben apostar por la cultura siempre que sea posible».

Por su parte, Elena Ruiz, comentó que «el arte es irreductible a la política y a lo que queramos hacer con él; no se le puede manipular pero necesita de la política porque la política propicia la estructura social que permite poner al arte en movimiento y en juego a la sociedad con criterios objetivos y sin un fin más allá del de servir de puente de comunicación. El hecho de que ocurran estas exposiciones tiene mucha intención, más con un artista que se mete en temas políticos en un contexto como esta antesala a la política, con el diálogo y con la palabra, muy presente en la obra también». «Cuando las instituciones políticas tienen conciencia de que deben tener espacio para el arte es cuando las sociedades funcionan de una manera saludable», agregó.

Aquellos que aún no han visitado la exposición tienen tiempo hasta mediados de febrero para contemplar la obra de Josep Vallribera que «camina sin perder de vista dos cuestiones que son básicas para que haya una obra de arte; una es la profundidad y la otra es la belleza en la búsqueda de los elementos que la comunican de una manera visual. Sin profundidad el arte se vuelve ornamento. Es una artista irreductible», señaló Ruiz sin perder de vista este escenario en el que «lo importante es poder dialogar con las pretensiones de respeto».

El protagonista, Josep Vallribera, se mostró «encantado con esta exposición porque al ser muy minimalista se ve muy bien el espíritu de las obras». Durante la visita un cercano Villribera no dudó en explicar a los presentes detalles sobre sus horas y su contexto, la importancia de incluir las fechas y el lugar ya que son «muy importantes porque explica mucho del momento en el que se encontraba». Con respecto a la sala donde están aún expuestas sus obras señaló que «no me importa donde se exponga mi obra sino quien está detrás de ella. En este caso han estado Elena Ruiz y Pep Tur y me han demostrado dentro de un debate tener una mente muy abierta. Si se tiene confianza con la persona que hay detrás porque te parece que entiende lo que haces puedes poner las obras donde quiera, aunque fueran 2 m2». Además, «tuve la suerte de conocer a unas personas que me han expuesto sin prejuicios y esto es lo que más me ha gustado». Esta muestra «ha sido tan o más importante que la que hice en L’Hospitalet; no se trataba de hacer una gran inauguración y colgar cosas, se trataba de colgar cosas en un lugar donde hacer crecer un pequeño espíritu», matizó el artista quien destacó en todo momento el importante papel que desempeña un museo. «No puede existir un museo sin los artistas ni los artistas sin un museo. No es casualidad que una isla pequeña como esta haya un Museo de Arte Contemporáneo, ciudades más grandes no lo tienen, es un plus muy grande para la isla. Lo más importante para un artista siempre es el museo, las galerías comerciales tienen que existir para que el artista pueda pagar sus facturas indudablemente; pero en un museo es donde se enseña la esencia de los artistas».

La actualidad de las galerías

Josep Villribera quien a lo largo de su vida ha estado al frente de varias galerías de arte dentro y fuera de la isla aseguró que en el presente «en Ibiza los artistas están absolutamente desorientados porque no tienen la posibilidad de vender nada aquí. Aquí nadie se moja, abren y cierran galerías todo el tiempo, son galerías con selecciones poco apropiadas. Hay artistas que son aficionados que prefieren vender una obra por 500€ que no vender nada y estas cosas generan mal gusto al final. Indudablemente, todos pueden ser artistas pero cuando se tiene una galería de arte hay que tratar de buscar las mejores calidades dentro de las posibilidades. En el museo, en cambio, se da la importancia que la obra merece. En una galería comercial puedes encontrar un gran artista al lado de cuadros de otros que no lo son. Es un acto criminal apoyar a un artista que no lo es porque después se despertará, se dará cuenta de que no lo es y será un frustrado toda la vida».