La gente cubría todos los puestos que componían el mercado marinero y medieval que desde ayer hasta el domingo está abierto en el puerto de Sant Antoni y casi no se podía ver el contenido de lo que había en ellos.

Pati, cantero y escultor de profesión, cuenta que en su puesto escriben, pintan y esculpen en piedra. Como él, alpargateros, artesanos del cuero, de la madera, de flores de papel, de caramelos y dulces. Todos reunidos en Eivissa procedentes de distintas partes de la península y extranjeros, como el caso del grupo Tuttis Catraputti, que vienen de Portugal y que amenizaba el mercado con su música de estilo folk rock. Tal ritmo tenían sus melodías que una mujer mayor se puso a bailar entre ellos y al terminar su actuación muchos niños se acercaron a ellos haciéndoles un montón de preguntas. José, de Madrid, tiene un puesto de heráldica y cuenta que no hay un nombre que pidan más que otro. De hecho, «la gente pregunta mucho por el significado de sus apellidos», cuenta.

El alcalde de Sant Antoni, Josep Sala, explicaba: «Con motivo de la inauguración del Centre d´Interpretació de la Mar pensamos que teníamos que darle un poco más de empuje y con la intención de alargar la temporada de verano pretendemos seguir con esta iniciativa en la que han colaborado tanto Ayuntamiento, puerto como la empresa Fusión Medieval para que el mes de septiembre sea el mes del mar en la localidad. Su coordinador, decía que «el mercado van a contar con grupos de animación que irán saliendo cada media hora, más o menos; habrá piratas, ogros marineros y duendes».

Mientras tanto, Willy, heladero artesanal no paraba un momento de preparar cucuruchos de galleta. Por su parte, Jesús y Pili afirman que sus empanadas riojanas son impresionantes, «la receta es la original, no llevan grasas saturadas, no necesitan frío y están hechas en horno de leña», comentaba Pili. Tras su actuación, Magi, del grupo Cremallera Teatro de Lleida, explicaba que su espectáculo se puede definir como un conjunto de cómicos a la antigua en el que él es el bufón, el que se mete con la gente. «Nuestra idea es interactuar con el público con malabares e improvisación».