Arco Madrid 2017.

No tratamos muchas veces de enderezar el mundo? Pues sí, pero más bien nos estamos refiriendo al prójimo. A aquella persona que por distintas razones no encaja momentáneamente en nuestro entorno. Así durante uno de los arreglos del acceso a Jesús, me encontraba en mal instante y peor lugar. Recibí en primera persona todo el enojo de una conductora, acentuando lazos familiares adversos y añadiendo qué nos habíamos creído, volver a cortar el tráfico, para arreglar los desperfectos de esta vía.

Recuerdo algo similar de menor envergadura en Margarita Ankermann en la villa del río, que fue resuelto con un cono señalizador y la correspondiente intervención. Son cosas que pasan y no pasa nada. Debería. Somos un poco esclavos de nuestra memoria, de lo que debe y no es; de lo correcto y lo inadmisible, cuando en realidad es bastante más agradable comunicar cierta flexibilidad que no tolerar alternativas. Alternativas que atraen cambios y nuevas posibilidades a un mundo que tal vez agradece más humor que sarcasmo.

Juegan un rol importante los medios de comunicación. Existen situaciones en las que agradecería una especie de selección, y con ello no pretendo una unilateralidad, pero ciertamente es precisamente más sensato cuidar por ejemplo el vocabulario y no escudarse tras entrecomillados, reportando un contenido en forma. Mal ejemplo, porque de la misma manera podríamos proponer reválida a cualquiera de las líneas de esta sección. Me viene a la mente una imagen, que igual que la cabeza del felino que adornaba una edificación ya desaparecida y próxima a Junco y Mimbre, en una de las entradas de Vila y convertida en postal y gracias a ello garantía de nuestra memoria, un logo empresarial y publicitario en uno de los estanques salineros, rezando que la sal es ciertamente de la isla. A parte de la particularidad de que esta sal, hábilmente empaquetada y con precio incrementado es la misma que la familia Torres comercializa a coste razonable, luce favorecida la insignia de esta marca cada vez más establecida en nuestra isla, como estampa digna de elevar ubicación y destino. Digo esto, porque hace ya algún año descubrí asombrado esta firma en una venta por catálogo de los más exquisitos artículos de nuestro planeta.

Al Igual que las payesas, ubicadas en diferentes lugares de nuestra geografía insular. Estampas que no quisiera perder, como se perdió el gato. ¿O era pantera? Una de las más logradas envuelve una boca de registro de la carretera de Santa Gertrudis. Otra va alegre en mehari. Alguna indica que es conveniente estudiar… y tantas más que sorprenden por iconografía y mensaje. Pues eso, deberían protegerse, como el toro Osborne.

La medida acertada como balance entre bastidores y escena, merece la atención necesaria para poder llagar a comprender no solo una inspiración, sino también la habilidad expuesta a la hora de ofrecer la sensibilidad al mundo. Crear significa descubrirse cada vez de nuevo, logrando aprovechar esos horizontes descubiertos, a medida que vamos meciendo la duda para ver si seguimos por un camino u otro.

Sin duda alguna trabajamos la memoria de lo aprendido, de lo que se nos ha querido enseñar, más que lo que hemos querido saber. Y para que no quepa duda informamos mediante escuadra que lo que estamos viendo no es un error, sino una alternativa revalorizada con humor. Sabemos pues que mil milímetros conforman un metro.