El director del SOIB, Enric Casanovas, Patricia Abascal, el concejal, Enrique Sánchez, y el director del centro penitenciario, Manuel Vega.

El Consell d'Eivissa presentó ayer un programa pionero enfocado a la intervención psicológica para maltratadores. Una terapia que se desarrollará a lo largo de seis meses y que estará enfocada a unos 80 hombres de la isla condenados por violencia de género a menos de dos años de prisión, y que por el sistema de suspensión de condena no se ven privados de su libertad a cambio de seguir un tratamiento.
La iniciativa se desarrolla en la colaboración con Ayuntamiento de Eivissa, el Servei de Ocupació de les Illes Balears (SOIB) y el Centro Penitenciario de Eivissa, y con el trabajo de dos psicólogos.
El objetivo es tratar «el pilar del problema como es el maltratador» y ofrecer así «un tratamiento indirecto a la víctima». «Estamos hablando de personas que o bien van a seguir con su pareja o bien van a iniciar otras relaciones. Y el tratamiento psicológico es la única solución», explicó el concejal de Bienestar Social de Vila, Enrique Sánchez.
Por su parte, el director del Centro Penitenciario de Eivissa, Manuel Vega, explicó que este programa servirá para dar respuesta al «dato abrumador» de suspensiones de condenas y trabajos a beneficio de la comunidad, «que en los últimos tres años han supuesto un 40% de las sentencias de jueces y tribunales», con una media de 10 sentencias por mes. Una labor que han venido desarrollando los psicólogos y trabajadores sociales del centro penitenciario y que ahora se reforzará con este programa.
En cifras, Vega detalló que en Eivissa, en 2007 se impusieron 10 sentencias de suspensión de condena, mientras que en 2008 pasaron a ser 187 y, en 2009 alcanzaron las 189. «De estas últimas, 173 fueron como consecuencia de delitos de violencia de género», explicó.
En cuanto al perfil de una persona a la que se le aplica la suspensión de condena, Vega aseguró que «es un hombre de entre 30 y 45 años, en la mayoría de las ocasiones español con un bajo nivel cultural; su actividad laboral se centra en el sector servicio o la construcción, y casi siempre su condena es por un asunto de una violencia de género». Asimismo, detalló que «no tiene ninguna consciencia delictiva». «Para esta gente tenemos dos posibilidades de tratamiento: El CAD, Centro de Ayuda al Drogodependiente o bien a este nuevo programa, y de ahí su importancia», destacó Vega.
El tratamiento
El programa correrá a cargo de los psicólogos Alejandro Soriano y Noemí Tur. El objetivo es, según la psicóloga, intentar reforzar aquellas habilidades que los condenados por maltrato «tienen en detrimento, como la resolución de conflictos, las habilidades de comunicación y cómo gestionan sus emociones. También se hacen entrenamientos que les van a facilitar no tener que recurrir a la violencia y se trabajan las creencias que legitiman lo que están haciendo, como el machismo y propia la violencia, como una manera aceptable de conseguir el control de la situación y de los demás».
Soriano detalló que el programa «ataca directamente al foco del problema», el maltratador, ya que hasta el momento «se ha tratado del lado del víctima». En cuanto a las personas que reciben tratamiento, Soriano explicó que tienen que cumplir ciertos requisitos, como «la orden de alejamiento, la no tenencia de armas y no tener antecedentes. «No son maltratadores sistemáticos y ninguno ha asesinado a su pareja», agregó.
El programa comenzó en diciembre, lo desarrollan actualmente 27 personas, está financiado por el SOIB con 28.000 euros y se desarrolla en el edificio de servicios sociales de Vila, Sa Miranda.
En cuanto a su efectividad, Tur explicó que «países del norte de Europa y en Estado Unidos, en los que estos programas se desarrollan desde hace más de 20 años, son los países con menor índice de violencia de género».
Por su parte, la consellera de Política Social y Sanitaria, Patricia Abascal, detalló que este aumento de sustituciones de penas para maltratadores llegó con la entrada en vigor de la Ley Integral contra la Violencia de Género, y recordó que este tipo de violencia «es la primera causa de muerte en España».