El cobrador entregaba los recibos entre los residentes afincados en la zona del Club San Rafael.

Enfrentado con la que fuera su casera por unas reparaciones que pedía en su domicilio y porque ésta terminó acusándole de quedarse con el dinero de recibos de luz y agua de una comunidad de propietarios de Sant Rafel. Todo ello después de que dicho individuo fuera atacado por un perro cuando aceptó encargarse del cobro de estos servicios. Así acabó un cobrador que pidió una indemnización por el accidente. El desacuerdo finalizó en los juzgados.
El caso fue visto ayer en el juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa. El fiscal pidió el sobreseimiento de las actuaciones penales porque consideró que las diferencias entre los dos protagonistas de este litigios es exclusivamente un asunto civil.
Acuerdo verbal
La denunciante, sin embargo, considera que su antiguo inquilino y cobrador cometió un presunto delito de apropiación indebida y que por ello debe devolver 2.200 euros que, según ella, se quedó con la excusa del incidente con el perro y que también debe ser condenado a seis meses de prisión.
Los hechos se remontan a octubre de 2007 después de que supuestamente se llegara a un acuerdo verbal para que el sospechoso se encargara de hacer entrega de los recibos en domicilios del Club San Rafael. Al parecer, las partes pactaron que el cobrador recibiera una gratificación próxima a los 500 euros por esta tarea.
Todo se torció supuestamente después de que el cobrador acudiera a una de las casas y fuera atacado por un perro. «Tuve que meter la mano porque era el único modo de llegar al timbre», indicó el acusado. Según su versión, tras comentarle lo sucedido a su casera ésta le dijo que no tenía por qué indemnizarle y que en todo caso era el dueño del can el que debía hacerlo. Al ajustar cuentas, la mujer le exigió la devolución de 2.200 euros y el cobrador dijo que tal cantidad no lo había recibido pero que sí se quedaba con 500 por los daños sufridos y por el salario que le correspondía.