Más de 1,6 millones de personas, el equivalente al 39,9% de los más de cuatro millones de desempleados que estaban registrados en el Inem a finales de enero, tenían pocas o muy pocas probabilidades estadísticas de encontrar un empleo, según el índice de ocupabilidad de los parados del Ministerio de Trabajo.
Este índice refleja que el 13,5% de los desempleados inscritos en el Inem (549.241) tenían muy pocas posibilidades de encontrar un puesto de trabajo, mientras que para el 26,3% (1.067.136 parados) las probabilidades eran bajas.
A la cola
En general, las posibilidades de salir del paro son menores para las mujeres, los inmigrantes, los trabajadores de mayor edad, los que tienen menor nivel de estudios, los demandantes de más antigüedad y los perceptores de prestaciones, especialmente los que cobran ayudas asistenciales, subsidios para mayores de 52 años y la Renta Activa de Inserción (RAI).
Cuanto más amplio es el ámbito territorial de búsqueda de empleo, más probabilidades hay de encontrar un puesto de trabajo. Así, el ámbito geográfico de búsqueda y la antigüedad de la demanda son factores fundamentales para determinar la ocupabilidad de los desempleados.
Analizando la confluencia de estos factores, el 37,1% (1.501.891 desempleados) presentaban un nivel de ocupabilidad medio, y sólo el 22,9% (930.225) tenían un grado de ocupabilidad alto.
Por sexos, el 37% de los más de dos millones de parados varones tenían pocas o muy pocas posibilidades de encontrar un empleo, porcentaje que repunta hasta el 42,8% en las mujeres.
Por edades, el grado de ocupabilidad es bajo o muy bajo entre el 57,6% de los desempleados mayores de 45 años, cifra que desciende hasta el 31,85% en la franja de 25 a 45 años y hasta el 26,78% en el caso de los menores de 25 años.
Por sectores, sólo el 14,4% de los parados que forman parte del colectivo sin empleo anterior tienen muchas posibilidades de salir del desempleo.