El concejal Vicent Ferrer y la concejala Mariví Mengual, presentaron el balance de la ordenanza, ayer, en Can Botino.

El Ayuntamiento de Eivissa hizo ayer un balance «positivo» del funcionamiento de la nueva Ordenanza Cívica, que se puso en marcha el pasado mes de agosto, y que, según el concejal de Participación Ciudadana, Vicent Ferrer, tiene como objetivo «prevenir», y después, «sancionar»
Los primeros resultados arrojan que en sólo siete meses, la Policía Local ha interpuesto 23 denuncias a prostitutas y clientes «por solicitar y ofrecer servicios sexuales en la vía pública». Se trata de una conducta «prohibida» en la nueva normativa, que prevé multas de 700 a 3.000 euros, ya sea por «ofrecer, solicitar, negociar o aceptar, directa o indirectamente, servicios sexuales en el espacio público».
Asimismo, el Ayuntamiento ya tiene las primeras 82 denuncias por consumo de bebidas alcohólicas o botellón, y también 65 para los aparcacoches, una actividad específicamente prohibida en la nueva norma y sancionable «por prestación de un servicio no autorizado».
Según Ferrer, desde su puesta en marcha, la ordenanza «ha resuelto algunos problemas que había de convivencia cívica entre los ciudadanos». Sin embargo, recordó que se trata de una herramienta jurídica «preventiva para concienciar a la gente de lo que se no se debe hacer». «La última parte es penalizar, primero está siempre la prevención», explicó el edil, ya que antes de denunciar, los agentes tienen la obligación de pedir a los ciudadanos que «desistan de su actitud» y, en caso de reincidencia o desobediencia, pueden proceder a la denuncia. Además, para algunos casos, la norma prevé cambiar las sanciones por trabajos para la comunidad.
Por otra parte, el Consistorio presentó los resultados de otras denuncias interpuestas por la Policía Local en 2008 y 2009, correspondientes a ruidos y horarios, ocupación de la vía pública, molestias por animales y venta ambulante.
Bares «reincidentes»
En este sentido, cabe destacar que las denuncias a bares de la ciudad se duplicaron en sólo un año llegando a las 254 en 2009 cuando el año anterior fueron 112. Ferrer explicó que este aumento se debe a que algunos locales de ocio «reinciden en su constancia y actitud de incumplir la normativa». También se duplicó el número de denuncias por cierres fuera hora, ya que en 2008 sumaron 29 y el año pasado aumentaron hasta 56. El concejal destacó que con la nueva ordenanza de horarios «se está dando una buena imagen», sobre todo en las ferias promocionales y de cara «al turismo alemán».
Por último cabe destacar que descendieron las denuncias por ocupación de vía pública, de 220 en 2008 a 120 en 2009, que las denuncias por publicidad dinámica fueron el año pasado 166, así como se interpusieron otras 99 por molestias causadas por animales y 88 a vendedores ambulantes.