Pedro Giménez, en la azotea de la Casa Broner. | Irene G.Ruiz

Hace 10 días que la Casa Broner luce, con sus ventanas y puertas abiertas, todo el trabajo de rehabilitación que ha devuelto a este espacio su aspecto original; el que un día ideara el artista y arquitecto Erwin Broner. En estos días que lleva abierta al público, la Casa Broner ha recibido la visita de 80 personas que, con mirada curiosa, han escudriñado cada rincón de la vivienda-estudio. Una de estas miradas es la de Pedro Giménez que, a través de su cámara, intentaba inmortalizar formas geométricas y reconocer la vivienda que ya había visualizado en los distintos libros. «Había fotos de Broner con Gisela (su esposa) en rincones de la casa que no consigo localizar», comentaba ayer Giménez, en la azotea de la vivienda, a Raimon Oller, arquitecto municipal que ha dirigido las obras de restauración. Oller echó entonces mano de su iphone, donde alberga cada una de las imágenes de la casa, para mostrárselas al fotógrafo. «Aquí lo tengo casi todo, aquí», decía. «¿La que estaba en el sofá? Esa era en el piso de arriba», comenta Oller al fotógrafo.
Para la rehabilitación se han utilizado todos los planos del propio Broner, así como las imágenes antiguas que se conservan. «Hemos consultado todo el archivo documental que se tiene de él en el Col·legi d'Arquitectes, ya que su mujer compartimentó toda la vivienda, que estaba ideada como un espacio más abierto. En cierto modo, en los materiales que fue utilizando y cómo se fue encerrando en ellla, vulgarizó la casa», explicaba Oller.
Pedro Giménez, fotógrafo de «de texturas, formas geométricas y de paredes blancas», cuya relación con Eivissa se remonta a algo más de 30 años, se encontraba ayer por la mañana disfrutando de la recién estrenada Casa Broner. «He venido una semana a Eivissa y he aprovechado para visitar la casa y hacer mis fotos», explica el fotógrafo, que además confiesa tener una obra del artista. «Es de técnica mixta y la verdad, no está fechada. La compré hace años en la galería Van der Voort, de Dalt Vila. Además, Cati Verdera, la propietaria de la galería, tenía objetos personales de Gisela. Allí, conocí parte de su obra», explica amigablemente Giménez.
El número 15 de la calle Travesía de sa Penya, donde se ubicada la Casa Broner, se puede visitar, para aquellos que aún no lo hayan hecho, todos los días, de 10,00 a 13,30 horas y de 17,00 a 20,00 horas, excepto los lunes. Allí los visitantes pueden disfrutar de sus impresionantes formas, espacios y de sus increíbles vistas al mar con Dalt Vila en uno de sus costados.
«Ahora está en marcha todo el proyecto museístico, pero hay que tener cuidado con el término porque queremos huir del concepto de casa museo. Debe ser un edificio vivo donde se trabaje y que también albergue una sala expositiva», explicaba Raimon Ollér. Además, una vez restaurados los muebles que diseñó Broner y que conserva el Ayuntamiento de Eivissa, la casa recuperará parte de su vida original.