Brócoli, col, lechuga romana y de hoja de roble, apio, coliflor, espinacas o rúcula son algunos de los vegetales que los alumnos del colegio Sant Jordi cuidan desde hace dos años, cuando este centro educativo implantó el método de cultivo ecológico de parades en crestall creado por Gaspar Caballero.
Y si bien los más pequeños, de tres, cuatro y cinco años, todavía se están iniciando en estas labores agrícolas; otros, como los de quinto y sexto, ya son casi unos expertos en sembrar, cuidar y recoger lo que en la tierra crece. «Nos gusta el campo, lo que pasa es que nos ponemos algo nerviosos cuando vemos que no salen las hortalizas porque pensamos que no van a crecer», explicaron Enrique y David, dos alumnos de quinto curso que, durante la mañana de ayer, bajaron al patio con el resto de sus compañeros y los alumnos de cuarto para empezar a recoger las hortalizas de temporada. «Coged la rúcula del huerto, le quitáis las hierbas y me dais las hojas, ¿de acuerdo?», afirmaba Ana María Serra, tutora de quinto, que acompañó a sus alumnos junto con Maria Antònia Marroig, también tutora de quinto, y Concha González, tutora de cuarto curso.
«A mí lo que no me gusta es la rúcula», explicó uno de los alumnos, mientras uno de sus compañeros se apresuró a puntualizar: «A mí no me gusta el brócoli, pero la col sí, por ejemplo». Y es que de lo que crece en este huerto tan familiar los alumnos ya han comido dos suculentas ensaladas: «Las preparamos en clase. Tenían tomate, lechuga romana, rúcula y lechuga de hoja de roble, por ejemplo. Estaba buena, pero hubo gente a la que no le gustó», contó María, alumna de quinto curso.