Messi celebra su segundo gol ante el Zaragoza. | GUSTAU NACARINO

ZARAGOZA 2

BARCELONA 4

Zaragoza: Roberto; Diogo, Jarosik, Contini, Ponzio; Edmilson (Lafita, min.46), Gabi; Arizmendi (Colunga, min.62), Ander Herrera, Eliseu; y Suazo (Penant m. 80).

Barcelona: Valdés; Dani Alves, Piqué (Puyol, min.69), Gabi Milito (Márquez, min.73), Maxwell; Yaya Touré (Iniesta, min.63), Busquets, Keita; Messi, Ibrahimovic y Pedro.

Goles:
0-1. min.5. Messi;
0-2. min.66. Messi;
0-3. min.78. Messi;
1-3. min.84. Colunga;
2-3. min.88. Colunga;
2-4. min.90. Ibrahimovic (penalti).

Àrbitro: Delgado Ferreiro, del C. Vasco. Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Diogo, Contini y Jarosik y a los visitantes Maxwell, Dani Alves y Yayá Touré.

El argentino Leo Messi dio la victoria al Barcelona en La Romareda ante el Zaragoza (2-4), en un partido en el que marcó tres tantos, provocó el cuarto con un penalti y confirmó, con su juego, que es el mejor futbolista del planeta.

Messi no dio apenas opción al Real Zaragoza con su segundo triplete consecutivo, tras el logrado en Valencia, y el Barcelona mantiene el pulso con el Real Madrid en la cabeza de la clasificación.

El equipo de Pep Guardiola apenas tuvo que desgastarse para hacerse con la victoria y solo debió esperar a que su rival cayera como la fruta madura en la segunda mitad, cuando decidió dar un paso adelante y arriesgar en busca de la igualada, algo que resultó letal para sus intereses.

El conjunto catalán tuvo la fortuna de encontrarse en el minuto 5 con un regalo del defensa uruguayo Carlos Diogo en la frontal del área que no desaprovechó Leo Messi para poner el marcador a favor.

A partir de ahí el juego se convirtió en un gran rondo a todo el campo con el Barcelona buscando mantener la posesión del esférico el mayor tiempo posible ante un rival que corría constantemente detrás de él.

Además, el hecho de ir por delante en el electrónico le permitía no tener prisa por llegar a la portería contraria a la que miraba más bien poco.

Incluso, en algunos momentos el conjunto de Pep Guardiola dio la sensación de excesiva suficiencia ante el poco peligro que llevaba su oponente a su área y quizá también pensando en economizar esfuerzos tras la acumulación de partidos a que le obliga la Liga de Campeones.

Las únicas aproximaciones, en ambos casos, se producían en faltas o saques de esquina, aunque nunca de una forma clara.

El conjunto maño tuvo su mejor, y única, opción para haber igualado la contienda en el minuto 17 cuando el portugués «Eliseu» Pereira pisó área tras una pared y se dispuso a rematar sin oposición. Sin embargo, el omnipresente Dani Alves logró meter el pie y frustrar el remate del zaragocista.

Sólo en los últimos minutos de este periodo el equipo de José Aurelio Gay consiguió romper ligeramente el guión del partido, ya que hizo retroceder hacia su portería a un equipo azulgrana privado del balón, aunque eso no se tradujo en ninguna oportunidad.

En la segunda mitad el equipo de José Aurelio Gay salió decidido a buscar el gol de la igualada poniendo velocidad y llegando con más sensación de peligro al área barcelonista, con un par de saques de esquina seguidos incluidos, pero también dejando más espacios atrás por los que su rival salía a la contra guiado por un Messi espectacular.

En el minuto 53 el conjunto visitante ya avisó con un contragolpe de cinco contra tres defensores y en el 62 Messi llegó forzado a un centro al segundo palo.

Estas dos jugadas fueron el preludio del segundo tanto en el que Messi, en el minuto 66, se fue de todo el que se le puso por delante en una jugada inverosímil para acabar batiendo al meta del equipo local.

El 0-2 comenzó a pesar como una losa en los jugadores locales y doce minutos después el argentino volvió a sacarse de la chistera otra genialidad y apuntilló la victoria con su tercer tanto y el de su equipo.

Cuando así parecía, apareció la figura del recién ingresado Adrián Colunga para marcar dos goles en apenas cuatro minutos y poner un 2-3 a falta de dos minutos más el añadido aunque, de nuevo apareció la figura del menudo jugador argentino para, a continuación, forzar un penalti que acabó por cerrar el marcador y las ilusiones zaragocistas.