Una escena de 'Nelly Blue', que se representó ayer por la noche en el auditorio de Can Ventosa. | MARCO TORRES

El auditorio de Can Ventosa fue escenario el sábado pasado para la comedia musical Nelly Blue, dirigida por Marta Pérez, de T de Teatre, y protagonizada por Xavi Mira y Albert Ribalta, Los Tigres.
Nelly Blue comenzó a tomar forma como la historia de dos extraños que se convierten en amigos gracias a su pasión común por la música y los cantantes melódicos. Dos personajes desubicados y pintorescos que deciden aventurase en la búsqueda del éxito en concursos de televisión. Ellos veían su futuro éxito reflejado frente al televisor o del sintonizador de radio.
Se trata de una comedia, un pequeño musical, la historia agridulce de dos personajes tragicómicos que encuentran una manera de huir de la realidad, un espectáculo de T de Teatre y Los Tigres que homenajea la canción melódica en general, y a Nino Bravo en particular.
El protagonista de la historia es Ricard Amigó, que trabaja en su peluquería de Las Ramblas, mientras espera la oportunidad de convertirse en un profesional de la canción melódica italiana, su verdadera pasión. Con ese propósito se presenta a todos los concursos que puede.
El otro protagonista es Ximo Llorens, que sobrevive aburrido en su pueblo de Valencia, donde cuida de su madre enferma, que le obliga a reprimir su pasión por el gran cantante.
Un día de tormenta, Ximo entra en la peluquería de Ricard para preguntar una dirección y se hacen amigos y cómplices en la búsqueda del éxito a través de las canciones melódicas que escuchan por la radio y la televisión.
Nostalgia kitsch
Según Albert Ribalta, Nelly Blue viene a ser «un viaje que nos lleva 40 años atrás, a un mundo de entoldados y de personajes frikis y entrañables, creando una historia personal y loca llena de canciones y despropósitos».
Un proyecto original cuya primera idea la tuvo Xavi Mira al conocer «a dos chicos que se dedicaban a participar en concursos de karaoke, con un repertorio totalmente desfasado y ante un público decadente pero totalmente entregado a la nostalgia kitsch», apuntó el actor.
La idea acabó haciéndose realidad cuando contagiaron su entusiasmo a Marta Pérez. «Sí, me lié, quedé absolutamente seducida y divertidísima por la idea, y por tener la oportunidad de trabajar una vez más con ellos», señaló la responsable del montaje.