Como un escultor que 'talla' el material que emplea hasta sacar la figura que se esconde en él, se enfrenta Luis Gallego a la creación de sus «animalitos», como él mismo los llama. Un trozo de madera se puede convertir en el cuerpo de un rinoceronte o tomar la personalidad propia de un león. «Puede que tenga la idea muy clara o que tenga la intención de hacer, por ejemplo, un buitre y acabe siendo otro animal. Voy buscando y experimentando con los materiales hasta que encuentro lo que busco», explica Gallego, que aunque estudió dirección de cine pronto se alejó de ese mundo y se dedicó a esta afición que le viene de niño. «Cuando era pequeño ya hacía marionetas y juguetes pero con otros materiales», añade.

Cables multicolores convertidos en el cabello de un felino, tubos de plásticos que vuelven a ser útiles, esta vez, en forma de cola; tornillos que pasan a ser ojos e, incluso, el plato giratorio de una sirena de policía que será el lomo de un pequeño rinoceronte. «Al principio cogía todo tipo de cosas y materiales. Después de un año, soy mucho más selectivo. El orden es muy importante para mí y no me gusta acumular cosas inútiles en mi taller», explica este artista madrileño, tras hacer una pausa con la sierra con la que está dando forma al cuerpo de un pelícano. «Tengo pocas herramientas pero lejos de ser un límite esto me sirve de motor. Me interesa buscar soluciones un poco diferentes», explica este artista autodidacta.

Desde hace un año se dedica principalmente a crear estos juguetes decorativos o juguetes para adultos, pero antes hacía pequeños muebles a modo de tocadores o escritorios. «Empecé a hacer animales porque podía transmitirles más personalidad que a los mueblecitos», comenta. Tanta, que además de articular algunos movimientos, los animales de Luis Gallego poseen en algunos casos nombre. «Me ha ocurrido que la pieza se ha llamado como el cliente que la ha adquirido», dice. Así ocurrió con Cristoff, un cocodrilo; y con Jimmy López, un camaleón. «Claro que el que lo compró no se llamaba López, pero sí Jimmy», añade.

Una de sus última creaciones alejada del mundo animal es una lámpara con la forma del clásico 'cuatrolatas'. «Un día vi mi coche aparcado en la puerta de casa y me dije, voy a hacer un 'supercuatrolatas' lámpara. Esta es la primera pieza que hago con una utilidad más clara», comenta mientras lo enciende.

Otro de los retos que se plantea Gallego es hacer un animal-escultura de grandes dimensiones. «Me gustaría hacer una jirafa o una avestruz de más de dos metros. Pero, en un principio, debido al espacio y a los materiales, tendría que ser un encargo», explica.