El siniestro ha ocasionado decenas de heridos, algunos de gravedad. | Teresa Ayuga - J. Bastida

Eran las 06.43 horas de la mañana de ayer cuando saltaron las primeras voces de alarma. El convoy, ocupado por unas 50 ó 60 personas, que se cubría el trayecto de tren entre Manacor y Palma, concretamente a la altura del kilómetro 42.850, a unos 150 metros de la estación de Sineu, colisionaba contra un muro de hormigón y había numerosos pasajeros atrapados en su interior. Como resultado del siniestro se registró un total de 30 personas heridas, de las cuales 11 fueron ingresadas en diferentes hospitales de Mallorca (tres al de Manacor, seis al de Inca, uno a Son Dureta y uno a la Clínica Juaneda), siendo el más grave el maquinista, quien ingresó en el Hospital Son Dureta de Palma en estado de coma y fue intervenido quirúrgicamente en la tarde de ayer. El pronóstico del paciente era crítico y las próximas horas serán determinantes.
Rápidamente se activó el protocolo de emergencia establecido en estos casos y numerosas dotaciones de la Guardia Civil, Protección Civil, Seib-112, Bombers de Mallorca, el VIR (Vehícle d'Intervenció Ràpida), Direcció General d'Emergències, Policía Local, ambulancias del 061, SSG (Servicios Socio Sanitarios Generales) y SAMIB, acudieron al lugar del suceso y atendieron a las víctimas.
Durante los primeros minutos se vivieron escenas de nerviosismo, dramatismo y pánico. Según relatan varios pasajeros del tren accidentado, «el convoy iba relativamente despacio, dado que estaba tomando una curva y aproximándose a la estación de Sineu. En un momento dado, se notó un gran frenazo brusco, una colisión y el tren descarriló. Acto seguido todo el habitáculo se llenó de humo y los pasajeros, así como pudimos, rompimos los cristales para poder respirar y abrir las puertas», relata María del Mar, una estudiante.