Los alumnos ayer, muy concentrados durante el segundo examen, que fue de Lengua Extranjera. | Irene G.Ruiz

La Generación del 27 era la pregunta que buena parte de los 374 alumnos que iniciaron ayer las pruebas de la nueva selectividad se esperaban. En ese primer examen, de Lengua Castellana, encontraron también algunas dificultades, sobre todo para saber si el texto que tenían que comentar era una crónica periodística o un editorial. «Nos ha parecido ambiguo, incluso nos lo ha dicho una de nuestras profesoras», explicó Marina del instituto Algarb, que comentaba con sus amigos Jordi y Alicia las posibles preguntas que podían encontrar en la prueba de Lengua Extranjera. En el descanso entre el primer examen y el segundo, los estudiantes aprovecharon para almorzar, calmar los nervios charlando y riendo e intercambiar experiencias. «Yo me he puesto dos despertadores porque tenía pánico por no despertarme a tiempo», explicó Nieves, del instituto Sa Colomina.

Una de las principales novedades de este año es que esta prueba para acceder a la universidad presenta cambios en los modelos de examen.

Muchos de los alumnos se presentan por primera vez, pero han tenido la oportunidad de comparar modelos de pruebas antiguos con los actuales. «Por ejemplo, los examenes ahora van por bloques. Antes se veía más claro que en Lengua Castellana, por poner un ejemplo, había un apartado de literatura. Y en el examen que acabamos de hacer hay más preguntas sueltas, más prácticas, que no son tanto de desarrollar», explicaba una de las alumnas. Sobre las modificaciones de la selectividad para adaptarse al Espacio Europeo de Educación Superior cabe destacar la distinción de una parte obligatoria, en la que se incluyen las asignaturas de Lengua Castellana, Lengua Catalana, Historia de España o Historia de la Fiolsofía y Lengua Extranjera, y otra específica que sirve para subir nota y así tener más posibilidades de acceder a estudios con límite de plazas.