Los alumnos del colegio de Sant Jordi celebraron ayer un festival de curso con mucho baile y diversión. | Irene G.Ruiz

A muchos, tanto maestros como alumnos, les costó contener las lágrimas de emoción. Otros tantos aprovecharon para hacer fotos y grabar en video las actuaciones de los más pequeños y, eso sí, todos vivieron con alegría el último día de clase en el que la mayoría de colegios de Eivissa celebraron sus festivales de final de curso. En estas fiestas tan especiales hubo tiempo para entregar diplomas a los alumnos que cambian de ciclo (de Infantil a Primaria y de Primaria a Secundaria), para almorzar y merendar deliciosos pasteles caseros que hicieron los padres, bailar, disfrazarse y jugar, sobre todo jugar, con los compañeros y profesores.

«Seguro que echo de menos los bailes de fin de curso, además de a mis compañeros y maestros», explicaba Bartomeu Tur, alumna de sexto curso del colegio L'Urgell que subió ayer al escenario para recoger con el resto de sus compañeros los diplomas que les recordarán esa etapa tan bonita de su infancia. «A mí me da pena dejar el colegio y además tengo un poco de miedo por el cambio de clase», explicó casi entre lágrimas Ana Torres, otra estudiante de sexto curso. A otros alumnos, sin embargo, no les daba pena dejar el cole para pasar al instituto: «Yo la verdad es que tengo muchas ganas de entrar en el instituto. Aquí, en el cole, dejo bastantes amigos y a mi primo», afirmó Moisés Machado, también de sexto. En este colegio, los alumnos eligieron músicas tan diferentes como el Mamma Mia de Abba o Meet me halfway de The Black Eyed Peas para mostrar al público lo bien que bailan.

En el colegio Poeta Villangómez de Cas Serres, los más pequeños empezaron la mañana con un delicioso desayuno para poder resistir durante toda la mañana los juegos, los bailes y representaciones teatrales. En este cole también hubo tiempo para reconocer mediante diploma el cambio de ciclo de los más pequeños y los que casi rozan la adolescencia.

Otros centros educativos de la isla decidieron celebrar sus fiestas de fin de curso por la tarde, como es el caso del de Sant Jordi y Can Cantó, por ejemplo. En el primero, Cachirulo divirtió a pequeños y mayores con sus juegos hasta la hora del homenaje al director del colegio, que se jubila este año. En Can Cantó, los estudiantes también disfrutaron de una tarde llena de juego, bailes y momentos inolvidables