Imagen de la jornada inaugural del Comité del Patrimonio Mundial, que se reunión en Brasilia a finales de julio. | FERNANDO BIZERRA JR

La Autoridad Portuaria de Baleares (APB) ha celebrado «el reconocimiento de la UNESCO a los estudios y procedimientos de evaluación» preventivos previstos por los organismos públicos españoles para el proyecto de construcción de la nueva terminal del puerto de Eivissa, al abrigo del Dique de Botafoc.

La obra de la explanada y muelles comerciales para la nueva terminal «cumple las garantías solicitadas por la UNESCO», según ha señalado la APB en un comunicado en el que subraya que el organismo internacional considera «adecuado» el seguimiento continuo de los trabajos on-line y en tiempo real que ha propuesto la APB, para asegurar «la conservación del bien declarado».

Según la APB, la denuncia de los grupos ecologistas contra las obras de remodelación del puerto, que consideran que ponen en peligro los bienes declarados patrimonio, ha sido declarada «infundada» por la UNESCO.

El proyecto se ha tramitado y aprobado «cumpliendo con toda la normativa vigente» y considerando «especialmente» los aspectos relativos al patrimonio ambiental y cultural que representan Dalt Vila y el Parque Natural de Ses Salines, ha defendido la APB.

Según la entidad que gestiona el puerto de Vila, el proyecto es «vital» para la economía de la isla, el abastecimiento y la movilidad de sus habitantes al mejorar el acceso y además «reducirá significativamente el tráfico portuario en la zona de la Marina e incrementará la seguridad en el puerto» porque permitirá aplicar protocolos internacionales de control de pasajeros y mercancía.

La APB ha recordado que la explanada de la futura terminal se ha diseñado de forma que la superficie ocupada al mar sea «la mínima necesaria» para las operaciones de embarque y desembarque de los cuatro buques que pueden atracar en los dos pantalanes perpendiculares a la línea de la costa.

La obra no incluye ni zonas de almacenamiento, ni áreas para actividades logísticas, sino únicamente zonas de tránsito.

La APB ha recordado que se han adoptado «precauciones extremas» en el proyecto «que se mantendrán durante el proceso de ejecución, conforme a las medidas ya previstas por el estudio de impacto, el plan de vigilancia y la declaración de impacto ambiental».

«La terminal está alejada tanto de las praderas de posidonia del Parque Natural como de las zonas protegidas y no se incluyen actuaciones ni edificaciones que alteren visualmente la zona de Dalt Vila, lo que hace que ésta se integre visual y paisajísticamente con el entorno protegido», señala la nota.

Entre las medidas preventivas, la APB se ha comprometido a realizar un seguimiento arqueológico intensivo por si aparecieran restos de patrimonio sumergidos durante la obra, con filmaciones submarinas y prospecciones subacuáticas y cribando todo el material que sea dragado.

Para respetar la flora y la fauna, se crearán zonas controladas de dragado para su neutralización y además se utilizará draga sin rebases, cortinas sobre las cajas de los camiones (en tierra) y barreras de geotextil (en el mar), para evitar vertidos dañinos.

Se delimitará y cerrará la zona de obras y habrá partes diarios de control del dragado y vertido, monitorización y controles periódicos de la calidad del agua con medición de transparencia y sólidos en suspensión, así como monitorización videográfica submarina de la zona de protección de la posidonia oceánica y, en su caso, la paralización temporal de las actividades en situaciones críticas.

La APB ha recordado además que con la reducción de la superficie de explanada prevista en 10.000 metros cuadrados y la construcción de los pantalanes mediante pilotes, el volumen de dragado se reducirá desde los 660.000 metros cúbicos iniciales a tan sólo 480.000 metros cúbicos.