ntonio Y.F., de 49 años, ayer en el momento de salir de los juzgados para ser conducido a la prisión de Eivissa. | Marco Torres

Antonio Y.F., natural de la ciudad granadina de Loja, vecino de Sant Antoni y de 49 años, ingresó a primera hora de la tarde de ayer en la prisión de Eivissa sin derecho a fianza por presuntamente propinar durante la madrugada de ayer al menos una cuchillada en el abdomen a su mujer que le puede llevar a sentarse el banquillo como supuesto autor de un delito de homicidio en grado de tentativa.

Según su declaración, deprimido por su separación y por otros problemas ingirió su medicación y grandes cantidades de alcohol, cogió un cuchillo de cocina de su domicilio de al menos 15 centímetros de hoja y se dirigió a la casa donde la víctima, una persona de origen sudamericano de 62 años, cuidaba a una anciana. Para entonces su mente no paraba de darle vueltas a la sospecha de que su ex compañera iba a presentar una falsa denuncia contra él para responsabilizarle de unas lesiones accidentales que ésta presentaba en una rodilla.

Puerta abierta

Su esposa, de la que está en trámites de divorcio, se iba ya de la vivienda donde ocurrió la agresión, ubicada también en Sant Antoni, cuando se topó de repente con su marido. El suceso ocurrió entre la una y las dos de la madrugada. Al parecer, la anciana le había pedido a su cuidadora que dejara la puerta abierta para que entrara el aire. Antonio Y.F. se encontró con esta sorpresa y no dudó en penetrar en la casa.

El encuentro pudo ser fatal para la víctima. Recibió una primera cuchillada que sólo le ocasionó un «arañazo» en el costado derecho. Según el informe de la Guardia Civil, la mujer sufrió otras dos heridas de arma blanca, extremos éstos no confirmados.

La mujer, que durante la investigación relató haber pasado mucho miedo y haber creído que su esposo quiso matarla, actuó con decisión. Agarró la muñeca de Antonio Y.F. y le obligó a soltar el cuchillo. Fuentes del Instituto Armado señalaron al respecto que, según los primeros indicios, el acusado asestó los cortes sin apenas fuerza por el gran estado de ebriedad en el que se hallaba.

Confesión

Dos vecinos alertaron a la Guardia Civil y poco después de se produjo la detención del sospechoso. Antonio Y.F. confesó ante los agentes su acción y, luego en el juzgado, hizo expresa mención a su arrepentimiento no sin antes afirmar que realmente nunca quiso causarle ningún daño a su mujer, persona la que dijo aún querer y con la que estaba intentado llegar a una separación amistosa.

Divorciándose y con una orden de alejamiento desde mayo

Ésta no es la primera vez que la pareja ha tenido problemas que han acabado en el juzgado. El sospechoso, empleado en el sector hotelero, contaba con una orden de alejamiento de su mujer vigente desde el 5 de mayo. Ello puede motivar que el acusado también tenga que responder en el futuro de la acusación de quebrantamiento de medida cautelar. En medio de esta situación se tramitaba el divorcio de ambos. Ante el riesgo de que Antonio Y.F. pudiera volver a acercarse a su mujer, persona que ayer volvió a manifestar su temor a esta posibilidad, se decretó su ingreso en prisión.