Los periodistas observan en un monitor a Obama durante un programa de la cadena CNBC. | JOSHUA ROBERTS / POOL

La recesión económica de EEUU acabó en junio del 2009 y tuvo una duración de 18 meses, lo que la convierte en la más larga desde la Segunda Guerra Mundial, dijo ayer el grupo que declara oficialmente el comienzo y fin de las recesiones.

«La recesión duró 18 meses, lo que la convierte en la más larga desde la Segunda Guerra Mundial», dijo en un comunicado el National Bureau of Economic Research (NBER), un panel integrado por economistas con sede en Cambridge, Massachusetts.

Las recesiones más largas hasta la fecha en el periodo post-bélico habían tenido lugar entre 1973 y 1975 y 1981 y 1982, con una duración, en ambos casos, de 16 meses.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se mostró cauto ante el anuncio del NBER, al insistir en que la situación sigue siendo muy difícil para muchos ciudadanos que siguen «luchando» para salir a flote.

«El bache fue tan profundo que mucha gente todavía lo está pasando mal», dijo Obama en una reunión con votantes organizada por la cadena de televisión CNBC.

Más tiempo

Afirmó que será necesario más tiempo para solucionar un problema económico que se gestó, dijo, durante años.

El National Bureau of Economics, por su parte, hizo hincapié en que cualquier futura caída de la actividad económica representará una nueva recesión y no una continuación de la que comenzó en diciembre del 2007.

Los economistas temen que el brío cada vez menor del actual repunte provoque una recaída en la recesión que arrancó a finales del 2007 debido a las temerarias apuestas en hipotecas de alto riesgo de los bancos de Wall Street.

EEUU creció a un ritmo del cinco por ciento en el último trimestre del 2009, un empuje que se ralentizó hasta el 3,7 por ciento en el primer trimestre del 2010 y que cayó al 1,6 por ciento entre abril y junio de este año.

A esa desaceleración se suma la elevada tasa de desempleo, en el 9,6 por ciento, el nivel más elevado de los últimos 27 años. La crisis económica provocó la destrucción de más de ocho millones de puestos de trabajo.