José Luis Roselló en una de sus visitas a Eivissa en el año 2008. | LAURA L. MARIN

Como si de su primer destino se tratara. Así encaja José Luis Roselló Serra (Eivissa, 1943) su nueva misión diplomática: embajador de España en Omán, y que fue dada a conocer ayer por el Consejo de Ministros.
Desde hacía cuatro años, José Luis Roselló estaba destinado en Viena como embajador representante permanente de España ante la Oficina de la Organización de las Naciones Unidas y los Organismos Internacionales, un trabajo muy amplio en el que ha abordado temas tan trascendentes y apasionantes como ser observador del programa nuclear iraní o como miembro de la Oficina sobre la Droga y el Delito de las Naciones Unidas. Pero desde hace un mes, cuando ya supo de manera oficiosa su nuevo y último destino (le restan tres años para la jubilación forzosa) se encuentra en el «farragoso trámite» de embalar sus pertenencias e iniciar las despedidas oficiales con las autoridades austriacas y el resto de la diplomacia.
Antes de partir a Omán, Roselló tendrá tiempo de regresar a Eivissa unas semanas para descansar. «Llegaré en un buen momento, con un buen tiempo y en época de matançes», comentaba ayer el flamante embajador desde su domicilio de Viena.
Si todo transcurre como tiene previsto, tras unas semanas en Madrid para preparar su próximo trabajo, Roselló desembarcará en Omán a principios de diciembre. «No conozco este país, conozoco la zona ya que estuve en Kuwait trabajando, pero tengo buenas referencias. Además, es un observatorio privilegiado de la evolución del programa nuclear iraní, algo a lo que he dedicado bastante tiempo de mi trabajo. A parte de esto, me atrae la historia de Omán, donde precisamente ahora están tratando de recuperar turísticamente los fuertes portugueses levantados en la época colonial y para ello están siguiendo el modelo de los paradores españoles».
Ilusión
Roselló comentaba ayer que en el argot diplomático se suele usar la frase 'Has hecho una buena embajada' cuando se deja un destino y se considera que has cumplido con tu misión. Ésto es lo que espera de Omán, «porque es un trabajo que cojo con muchas ganas y gran ilusión, como he aceptado todos los que me han encomendado». Por este motivo, Roselló quiso agradecer al Gobierno español «por renovarme la confianza en mi cuarta misión después de más de 35 años de carrera diplomática».

Testigo del 'Guernica' y de la guerra angoleña
La carrera diplomática de José Luis Roselló se ha desarrollado por diferentes continentes, aunque fue Nueva York la ciudad donde más tiempo ha pasado. En los once años que estuvo en la ciudad de los rascacielos vivió la recuperación del 'Guernica' de Picaso como testigo de excepción y participó en las duras y pícaras negociaciones para que el cuadro regresara a España. Roselló también ha pasado por Managua, Rabat, Kuwait, Casablanca y Angola, país este último en el que estuvo viviendo cuatro años en plena guerra civil.
Una de sus ilusiones era terminar la carrera diplomática en Túnez. Roselló reconoce que pidió al ministro este destino «porque me gustaba la idea de estar en un país mediterráneo y que tiene tantos lazos y tanta importancia en la historia de Eivissa. En fin, no pudo ser y me tendré que conformar con visitarlo como turista».