El extremo ibicenco Raúl Gómez, en una acción cuyo remate con la pierna izquierda salió desviado.

Las ausencias y el cansancio físico pasaron factura ayer a la Peña Deportiva ante la visita del Alaior menorquín, pero la superior calidad y pegada del líder fue suficiente para pasar el trámite sobre un conjunto desahuciado en la clasificación. El equipo de Luis Rueda, pese a su claro papel de favorito, tuvo que neutralizar el tempranero tanto de Aram, en la mejor jugada de los visitantes, para afianzar su primera posición en la tabla.
El partido tuvo poca historia y se movió al ritmo que marcaba la Peña. Un ritmo lento, impreciso y sin claridad que bastó para solventar el compromiso. Un chispazo de calidad de Carlos López, demoledor cuando arranca con espacios, y un certezo cabezazo de Neftalí en una nueva lección de estrategia a balón parado fueron lo mejor de un partido sin ritmo.
El choque estuvo marcado, en honor a la verdad, por las bajas de Nacho del Moral, Iván Torres y Oski, tres fijos en el centro del campo, y por la intensa carga de trabajo que ha soportado durante tres semanas la plantilla de Luis Rueda. El cuerpo técnico, pensando en el play off de ascenso, dio por finalizado esta misma semana un periodo de trabajo de alta intensidad, con sesiones de hasta tres horas de ejercicio físico, con el fin de que la plantilla llegue al mes de mayo con el combustible cargado.
El sorprendente tanto del Alaior a los 13 minutos de juego tampoco ayudó al novedoso once inicial de la Peña. Thiago controló un balón en banda y lo mandó a la frontal del área. Calero se deshizo de su marcador con el control y sirvió al espacio libre para que Aram batiera por bajo a Moro.
No se sabe muy bien si es a consecuencia de la fiabilidad que inspira el bloque de Santa Eulària o por la aparente fragilidad del rival, pero nadie se inmutó por el gol. La Peña siguió a su ritmo y Gavilán, en dos ocasiones, pudo igualar en los minutos siguientes. Primero de cabeza, tras un córner (18') y, a continuación, en un centro de Fofi -ayer en la posición de extremo- que punteó el cordobés cerca del poste izquiero (21').
El juego, cada vez más espeso, contagió a la defensa local y Thiago, cogiendo la espalda de los centrales, a punto estuvo de sorprender a Moro con una vaselina que se marchó desviada. Entre tanto, Carlos López avisaba por el carril del ocho con su innata punta de velocidad. Y justo después de un clamoroso fallo en un cabezazo sin oposición de Youssouf, llegó el tanto del empate. El delantero catalán aprovechó un error de la zaga menorquina para adentrarse en el área y cruzar con firmeza el cuero para que, después de golpear en el poste, se alojara al fondo de la red (min. 27).
La remontada parecía cuestión de tiempo, y ni Raúl Gómez ni Salas en los instantes finales de la primera parte acertaron en la ejecución. Tuvo que ser a la vuelta de vestuarios, con la pertinente arenga de Luis Rueda a sus muchachos, cuando el equipo impusiera la lógica.
Carlos López fue el primero en probar fortuna con un sutil disparo con la zurda buscando el palo largo que salvó con la manopla Toni (min. 47). En la jugada siguiente, el pichichi de la Peña asistió de tacón dentro del área a Raúl Gómez, que volvió a evidenciar su falta de tino.
La estrategia no falla
El choque estaba entrando en una fase peligrosa: el Alaior no inquietaba, pero el tono físico estaba bajando en el equipo de Santa Eulària y cualquier error podía costar un precio demasiado alto. Entonces apareció Jonathan Neftalí. El central ya ha acudido al rescate de su equipo en varias ocasiones, y ayer volvió a sobrevolar el corazón del área para finalizar de cabeza una falta lateral botada por Gómez (min. 63).
El cuento pudo tener un final trágico en una acción de peligro a cargo de Ignasi tras una indecisión de la zaga. Pero el líder no pasó más apuros, incluso pudo aumentar su renta en dos jugadas que Carlos López no acertó a culminar en gol. La Peña, a medio gas, sumó su decimoctavo triunfo en liga y ya suma 60 puntos. El título, un poco más cerca.