La princesa Carolina de Mónaco abandona la Audiencia de Hildesheim tras declarar como testigo en defensa de su marido, Ernesto Augusto de Hannover, en el juicio por la agresión del aristócrata al propietario de una ruidosa discoteca en Kenia, diez años atrás.

La princesa Carolina de Mónaco acudió hoy a la Audiencia de Hildesheim (centro de Alemania) a declarar como testigo en defensa de su marido, Ernesto Augusto de Hannover, en el juicio por la agresión del aristócrata al propietario de una ruidosa discoteca en Kenia, diez años atrás.

Frente a quienes aventuraban que cancelaría su comparecencia, una semana después del revuelo por las fotos del príncipe en una playa tailandesa besándose con una supuesta amante, Carolina se personó ante la Audiencia, convocada por la defensa de su esposo para declarar respecto a ese caso.

Se trata del segundo proceso por la agresión sufrida en enero de 2000 por Josef Brunlehner, dueño de un local de la idílica isla de Lamu donde el matrimonio pasaba sus vacaciones.

Según el agredido, Ernesto Augusto se presentó capitaneando un grupo de vecinos furiosos porque su local estorbaba su paz y le asestó una paliza, armado al parecer con un puño de hierro.

El príncipe sostiene que tal versión es exagerada, que sólo le dio un par de bofetones y que el resto fue pura escenificación para sacar partido al incidente.

Las imágenes de Brunlehner ensangrentado, en un hospital de Mombasa dieron la vuelta al mundo. El primer juicio, en 2004, se cerró con una multa de 445.000 euros a Ernesto Augusto, a lo que siguió una querella del príncipe contra su defensor por haber usado como atenuante, sin su consentimiento, que actuó bajo los efectos del alcohol.

La declaración de Carolina se consideraba fundamental para apuntalar la tesis de que Brunlehner exageró, puesto que fue testigo de lo ocurrido.

A Carolina, de 52 años, y Ernesto Augusto, de 55, no se les ve juntos desde el 27 de junio, en que asistieron a un torneo de equitación en Mónaco, y las fotos del príncipe y la desconocida besándose en la playa desataron los rumores de divorcio.

Mientras Carolina estaba convocada en solitario para hoy, su marido únicamente acudió a Hildesheim para la apertura, en junio de 2009, pese a que el caso de la presunta agresión en Kenia se retomó a instancias de su defensa, que citó nuevos testigos exculpatorios.

La princesa y el príncipe son clientes habituales de la justicia, sea como demandantes contra la publicación de fotos privadas o como acusados, en el caso de Ernesto Augusto, por agresiones en algún arrebato de mal humor u otros incidentes.

Carolina, que canceló una comparecencia anterior, en noviembre, argumentando problemas de agenda, puso ahora como condición que se respetase una distancia de seguridad con los medios de tres metros, dentro de la Audiencia, y de veinte, fuera del recinto judicial.