Kyril, practicando windsurf con su ex cuñado. | Pedro Prieto

Ayer a mediodía solo faltaba Rosario Nadal. Porque los demás, estaban todos. La hermana, su marido, sus hijos; su ex, Kyril, los hijos de ambos... Ya decimos, todos, menos ella. Primero los vimos sobre las rocas, soleándose, luego, bañándose, más tarde -ambos cuñados- haciendo surf, y por último almorzando paella.
Y es que , pese a estar separados, Kyril sigue manteniendo una excelente relación con sus cuñados y sus sobrinos. ¡Faltaría más!
Pero, a todo esto, siguen sin cuadrarnos dos cosas: ayer por la mañana, Kyril, Rosario y los hijos de ambos estaban en la casa de Porreres. Primero se fue ella, en su coche, y luego él, con sus hijos, en el suyo, un jeep. A ella la perdimos en Campos. O mejor, nos cansamos de jugar al escondite. Entonces, ¿qué pasa? ¿Viven juntos bajo el mismo techo? Mis colegas aseguran que por la noche él se va de la casa. ¿A dónde? ¿A reunirse con Cristina Tuñón, su actual novia? Que sepamos Cristina no está en Palma. Tampoco nos cuadra que en un día familiar, en que están todos, en que los niños están encantados de verse, ella, Rosario, no aparezca, ni siquiera para tomar un café.
Por lo demás, los niños crecen que es una barbaridad, y si no, vean lo guapa y mujercita que está hecha Mafalda.