Barbra Streisand y su marido, James Brolin, a su llegada a la fiesta, celebrada en el Lincoln Center de Nueva York. | ANDREW KELLY

No es tan fácil reunir a tanta gente y conseguir que lancen tantos piropos como los que consiguió esta noche Barbra Streisand, que tras más de cuarenta años de carrera en diferentes campos, fue premiada en Nueva York con no solo con el premio Charles Chaplin, sino con una cotizada lista de invitados.

El expresidente de los Estados Unidos Bill Clinton le agradeció su apoyo durante los momentos difíciles y rompió la dinámica de las estrellas del espectáculo al entregarle él mismo el premio a la mujer «que todavía le provoca un vuelco al corazón cada vez que ve 'Tal como éramos'».

«No sé que hago aquí, aunque Gore Vidal decía que la política es el 'show business' de los feos. Eso cambió cuando apareció Hillary», dijo Clinton, arrancando una gran ovación y desviando la atención hacia su mujer, también presente en el acto.

Liza Minnelli reconoció que cuando la vio por primera vez llamó corriendo a su madre, Judy Garland, para decirle que había escuchado alguien «que cantaba diferente y muy bien». Hoy hizo suyo el tema de «Funny Lady» «Isn't this better».

Michael Douglas acudió también con su esposa, Catherine Zeta Jones, aunque subió con otra Catherine al escenario, con Deneuve. Y Kris Kristofferson la definió como una mujer «con voz de ángel y alma de poeta».

Pierce Brosnan, que trabajó con ella en «El amor tiene dos caras», también sacó su lado más galán para piropear a la actriz y directora y decir que, además de tener los cuatros premios del mundo del espectáculo (el Tony, el Grammy, el Óscar y el Emmy), tiene las «dos 'tes': talento y temperamento».

George Segal, compañero suyo en «La gatita y el buho» reconoció que con ella no acabó de funcionar como actor cómico y que desde entonces solo le ofrecieron dramas, y Amy Irving recordó que ella puede presumir de ser la única mujer que estuvo casada con ella, al menos en la ficción, en «Yentl», donde Streisand se travestía para poder llegar a desarrollar su carrera.

Tony Bennett cantando «Smile», de Charles Chaplin, Alan Bergman reinterpretando «The Way We Were» adaptándola a las circunstancias, también participaron en este homenaje y todos los citados posaron con ella al final de tributo para hacer la foto de familia.

Curiosamente, Barbra Streisand había contestado ayer a un chat del New York Times diciendo que su mesa ideal para hoy la hubieran compuesto George Washington, Thomas Jefferson, Albert Einstein, Edward Hopper, Gustav Klimt y Fanny Brice. Esta última fue una bailarina y actriz del Ziegfield Follies que, como ella se atrevió a desafiar los cánones de belleza e intelecto femeninos.

Ninguno de ellos, por supuesto, estuvieron hoy, pero la cantante, actriz y directora, además de sus famosos colegas, también dejó entrar a sus admiradores, que pagaron las entradas hasta recaudar la cifra récord de dos millones de dólares (unos 1,5 millones de euros9 en esta gala benéfica de la Film Society.

«Hoy el Lincoln Center (donde ha tenido lugar el acto) es la mejor discoteca gay de Nueva York», decía un asistente. Y, tras la cena y el vodka del patrocinador, Grey Goose, el baile se alargó por encima de la medianoche cuando Streisand, ya ausente, cumplía 71 años.