Rafa Nadal, en lo alto de su nuevo yate. | Julián Aguirre

La única novedad, este verano, en la vida de Rafa Nadal es su nuevo yate en el que disfruta de su tiempo libre con amigos o familia. Por lo demás, el tenista mallorquín sigue con sus entrenamientos matinales para disputar con éxito sus próximos torneos. Días de entreno pero, también, de disfrutar al máximo del verano y su estancia en la Isla.
 

Antes de que Rafa ponga rumbo a Montreal, en Canadá, donde tiene que estar a partir del próximo día 5 de agosto le hemos visto compartir jornadas en alta mar con sus sobrinos, sus padres, sus amigos y su novia, Xisca Perelló. Rafa y Xisca, a pesar de su apretada agenda, él en las competiciones y ella entre estudios y becas, cuando están juntos son inseparables. Ambos viven un gran momento tanto en lo personal como en lo profesional.

Xisca, quien cada día gana en belleza y elegancia, está siendo objetivo de comentarios, por su estilo, en las revistas de moda. Sin importarles, a ambos, los teleobjetivos más indiscretos siguen con naturalidad y sencillez  sus vidas en Porto Cristo.

Al principio de verano se rumoreaba que Rafa se había comprado un yate. Hoy en día, en Porto Cristo, todo el mundo ya sabe cuál es y cada vez que sale o entra del club náutico se escuchan a niños gritar: ¡Rafa, Rafa! Saludando éste a quienes le saludan desde la playa o desde otra embarcación. Aunque Rafa es aficionado a la pesca, que nosotros sepamos, aún no ha tirado, ni tiene previsto tirar la caña desde el nuevo yate. Reluciente e impresionante, la embarcación se ha convertido en el lugar ideal para que Rafa y los suyos disfruten de tranquilas y refrescantes tardes de verano.

Anteayer, tras entrenar en pista con su buen amigo Carlos Moyá, acompañados por otros dos amigos se hicieron a la mar y ver el partido entre el Barça y Bayern de Munich. Rafa es del del Real Madrid y Carlos, del FC Barcelona. Antes y después del partido se dieron un chapuzón, pero con la particularidad de lanzarse al agua desde lo más alto de la embarcación.

Quien muestra más estilo y seguridad es, sin duda, Nadal. Tiene otros contrincantes pero ninguno le iguala en el salto del ángel. Si el jurado del programa televisivo ¡Mira quién salta! tuviese que puntuar, seguramente, el de Manacor, lograría un diez sobre diez.

Mi aprecio por el también tenista mallorquín Carlos Moyá me hace ser generoso si digo que no lo hizo del todo mal. Moyá fue valiente al lanzarse, pero le faltó estilo, armonía y seguridad.

En definitiva, que el verano es para disfrutar y eso es lo que hacen estos dos cracks del tenis.