Una «monstruosa» pandilla camina aterrorizando al vecindario y adueñándose de la calle en busca de un preciado botín de ‘chuches’. | Julián Aguirre

Mucha participación en el Halloween celebrado anoche en  la gran mayoría de barriadas de Palma y zonas residenciales.   Brujas, vampiros, fantasmas, esqueletos, demonios y otros monstruos tomaron la calle al caer la tarde. Casas decoradas con telarañas, calabazas, esqueletos, lápidas y otros elementos de recreación mortuoria recibían a los pequeños que, tras tocar al timbre, gritaban ‘truco o trato’ y eran obsequiados con caramelos o chucherías. Los diabólicos muñecos con estridentes sonidos ahuyentaban a los más pequeños e incluso algunos rompían a llorar.

Son Ferriol fue uno de los lugares donde mayor participación se registró. Incluso familias y grupos de amigos se acercaban desde el centro de Ciutat para disfrutar del ambiente más terrorífico del año. Una de las casas mejor decoradas fue la de la familia Salom, tres viviendas anexas que causaron sensación. «El pasado año dimos 500 caramelos y este año hemos aumentado a más de 600», comentaba unas de las vecinas.

Por otro lado, mientras los niños y niñas se preocupaban de ir a la caza del caramelo, las madres y padres hacían sus particulares concursos de quien se había hecho el mejor disfraz. Muchas mamás lucieron atrevidos trajes de bruja, sexys vampiras, preciosas Blancanieves y exuberantes fugitivas de algún psiquiátrico. En definitiva, una celebración tan divertida como desbordante en personajes del terror.

Por otro lado, el taller de Halloween celebrado en  el exterior de la Papelería Galerías Es Fortí fue un éxito rotundo, dado que superó las  previsiones. Más de 170 niños se acercaron a participar en la terrorífica noche de Halloween.

A la convocatoria acudieron zombis, brujos y fantasmas, entre muchos otros. Se disfrazaron los papás, que también vistieron a sus bebés. Incluso algún perrito iba también a tono con la fiesta.

Este taller, organizado por la Sala Delibcies, Asociación de Comerciantes y Associació de la Tercera Edad de La Caixa, tiene dos objetivos: reunir a niños y mayores, muchos de ellos llegados de otros barrios de Palma, y estrechar las relaciones entre los vecinos de la zona, lo cual se ha conseguido con creces.

Los niños decoraron al estilo Halloween las bolsas que les entregaron, y luego, por aquello del truco y del trato, pasaron con ellas por los distintos comercios, en busca de caramelos y chuches.