Olivia Newton-John y Patrick McDermott, en una imagen de archivo. | Ultima Hora

Le delató el interés hacia su propia persona: las frecuentes consultas que se hacían por internet de Patrick McDermott diez años después de su desaparición fueron una pista para el detective Philip Klein, que seguía los pasos a quien ya había sido declarado muerto.

Las direcciones de IP del ordenador le condujeron hasta México y de allí a un pueblecito en la costa del Pacífico donde el ‘difunto’ vivía apaciblemente con su PC.

La historia empezó en junio de 2005, cuando McDermott, de 48 años, de origen coreano y novio de la cantante Olivia Newton-John desde hacía nueve, desapareció en extrañas circunstancias durante una excursión en barco en aguas de San Pedro, California. El Servicio de Guardacostas no pudo encontrar el cuerpo.

En 2008, McDermott fue declarado muerto. El detective tejano Philip Klein inició entonces la caza del desaparecido.Publicó un libro en 2012 sobre las incongruencias del caso y recibió la ayuda del programa Dateline de la NBC. Esta persistencia ha culminado con éxito: McDermott vive con su novia en el pueblecito mejicano de Sayulita, de 4.000 habitantes.

El hallazgo es una sorpresa a medias. Diversos medios especularon en 2005 que el hombre habría fingido su propia muerte para dejar atrás un pasado lleno de deudas y múltiples acreedores; huir de su exesposa Yvette –con la que mantenía disputas legales– y legar 100.000 dólares del seguro de vida a su hijo. Esto es lo que ahora está por ver: si los debe devolver.

McDermott no hace declaraciones. Según su abogado, «no ha fingido nada, sólo quería alejarse del drama». Olivia tuvo un gran disgusto en 2005 pero recuperó el ánimo seis años después cuando se casó con el millonario John Easterling.