El nuevo sistema de clasificación para hoteles, hoteles apartamento y apartamentos turísticos de Balears elaborado por la Conselleria de Turismo primará los servicios y la especialización frente a criterios arquitectónicos y urbanísticos, y el Govern prevé que pueda entrar en vigor este año.

El nuevo sistema de clasificación que está tramitando la Conselleria funciona a base de puntos, de manera que a cada hotel le corresponderá una categoría de 1 a 5 estrellas gran lujo, en función de los que sume en los 350 criterios fijados en cuestiones que abarcan desde el tamaño de las habitaciones a si dispone de spa o botones.

Cada establecimiento calculará su puntuación y realizará una declaración jurada de la categoría que le corresponde. «Esa declaración jurada dice qué parámetros cumple y se publicitará obligatoriamente en su web para justificar qué es lo que se compromete a tener», ha explicado la consellera Joana Barceló.

De esta forma, si un establecimiento quiere subir de categoría, puede elegir en qué parámetros mejorar. Barceló ha asegurado, en un encuentro informativo, que la Conselleria calcula que «el 90% de los que quieran subir de categoría tendrá que invertir algo».

«Supondrá un esfuerzo también para quienes quieran mantener su categoría, principalmente en el ámbito de los 3 estrellas», ha asegurado.

El método es pionero ya que se inspira en el sistema europeo Criteria, pero se adapta al marco de Baleares porque si bien el primero es aplicable preferiblemente a hoteles urbanos, en el caso de las islas los parámetros se adaptan más a los establecimientos vacacionales, que son mayoría en el archipiélago.

Además los criterios son distintos para los hoteles y los apartamentos.

Diferencia

La principal diferencia respecto al método que está en vigor desde los años 60, basado en criterios urbanísticos que fija la Administración, es que el que prepara el Govern tiene muy en cuenta los servicios, se basa en la autoevaluación de los propios establecimientos y se caracteriza por la transparencia y por primar la especialización.

Barceló ha detallado que el sistema antiguo no promovía la inversión porque «en muchos casos los establecimientos partían de unos parámetros arquitectónicos que no podían resolver», mientras ahora podrán decidir cómo mejorar.

«El sistema es vivo», según Barceló, ya que la declaración jurada se modifica con las mejoras que pueda introducir cada establecimiento. Esa subida de categoría permitirá además subir sus tarifas.

El nuevo método basa la calificación que tendrá cada hotel en criterios que en un 31,6% corresponden a las condiciones de las habitaciones, el mobiliario y los equipamientos; en un 27,2% a servicios de ocio y tiempo libre; un 24% corresponde a las condiciones generales y espacios comunes; el 9,67% a los servicios de restaurante; el 4,65% a las instalaciones de congresos; y el 2,82% a sus medidas de reciclaje y sistemas de calidad.

Así por ejemplo, tener biblioteca o sala de televisión puntúa, que el hotel esté decorado con obras de arte originales vale 10 puntos, los mismos que tener servicio de bebidas y espacio con asientos en la recepción.

Hay unos criterios obligatorios como que las habitaciones con baño sumen un mínimo de 14 metros cuadrados de superficie, algo que vale 10 puntos.

Según ha explicado el director general de Desarrollo Turístico, Antoni Munar, esta distribución supone que «obligatoriamente hay que tocar todos los parámetros para poder alcanzar una buena puntuación»

Barceló resume los objetivos del sistema: «Incentivar que podemos mejorar, que eso permitirá subir los precios y que el destino puede reinventarse». No se trata solo de invertir en infraestructuras, «sino también de crear ocupación porque muchos de los servicios requieren más personal y personal cualificado», ha detallado.

El proyecto legislativo del nuevo sistema de clasificación para establecimientos turísticos está en período de exposición pública, será evaluado por el Consell Economic i Social, pasará al Consell Consultiu y se tramitará por la vía de urgencia, de forma que el Govern prevé que pueda entrar en vigor antes de Navidad.

Posteriormente, todos los establecimientos turísticos dispondrán de 6 años de plazo para adaptarse al nuevo método y hacer la declaración jurada que defina su categoría, lo que da tiempo a que puedan acometer inversiones si así lo desean.