El suceso ocurrió en las inmediaciones de la playa de Talamanca en la tarde del 30 de agosto de 2007. La juez Clara Ramírez de Arellano, responsable del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, ha considerado probado que un empresario catalán de la Isla propinó un fuerte puñetazo en la cara a la que había sidosu socia y su pareja durante cuatro año.

La víctima sufrió graves lesiones, con fracturas en el rostro que obligaron a su hospitalización durante tres días y a verse sometida, al menos, a una intervención quirúrgica.

Al parecer, la agresión vino precedida de las desavenencias que ambos tenían desde hace tiempo por motivos económicos y de trabajo. En la sentencia, ahora recurrida ante la Audiencia Provincial, se condena al empresario, de 39 años, a dos años de cárcel (frente a los cuatro que pedía el fiscal) y a hacer frente a una indemnización de 17.468 euros.

Defensa

El sospechoso negó en el juicio cualquier agresión y afirmó que la mujer se tenía que haber autolesionado u ocasionado las heridas en otro altercado en el que él no participó.

La juez Ramírez, sin embargo, apoya su resolución en la declaración sin fisuras de la afectada y en el informe del médico forense, que determina que las lesiones que presentaba la mujer se debieron a un traumatismo directo muy complicado de hacérselas uno mismo.

Según la denuncia interpuesta en su día, la mujer recibió el puñetazo cuando discutía con su ex pareja junto al todoterreno de un amigo que tenía la puerta del acompañante abierta.

El acusado hizo ademán de ir a sentarse en el asiento y de repente, «tomando impulso», la agredió. El conductor del todoterreno, persona que dijo en la vista oral no haber visto nigua agresión, señaló que nada más ver subir a su amigo arrancó el vehículo y aceleró al ver que la discusión entre los dos implicados se estaba tornando «muy fuerte».

El informe forense, a su vez, también descartó que las lesiones faciales de la víctimas hubiera podido producirse por un impacto de la puerta del vehículo, como se barajó en su día.