La sentencia, que ha sido publicada este viernes por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias, declara probado que Carlos Navarro es autor de un delito de maltrato habitual en el ámbito familiar, por lo que le condena a dos años de cárcel, cuatro de prohibición para portar armas, cuatro de alejamiento e incomunicación con su exmujer e hijos y otros cuatro de privación de la patria potestad.
Además, por otros cuatro delitos de lesiones en el ámbito familiar se le imponen, respectivamente, 11 meses de cárcel por cada uno, la prohibición de portar armas durante dos años y ocho meses y dos años de alejamiento de su exmujer.
Carlos Navarro, conocido popularmente como El Yoyas al ser el alias con el que le bautizó la audiencia televisiva, es originario de Barcelona y fue uno de los concursantes más polémicos de la segunda edición de Gran Hermano que tuvo lugar en 2001.
De hecho, llegó al reality como pastelero en situación de desempleo y a los 18 días fue expulsado de forma disciplinaria tras tener un comportamiento agresivo y violento con su compañera y actual exmujer, Fayna Bethencourt. Fue la primera vez que ocurría una situación de tal gravedad en televisión. No obstante, tras su paso por concurso, aprovechó su fama para participar como colaborador en otros programas, como Crónicas marcianas o La noria.
Tras su experiencia en el mundo de la televisión, abrió junto con su actual exmujer una discoteca en Barcelona y probó suerte como escritor y cantante. Llegó a publicar dos libros: Bueno, Bonito, Barato (2004) y A pie de calle (2011). También lanzó dos temas musicales: Trepidando y La vida en tango.
El catalán también se involucró en la política e incluso llegó a ser concejal con la plataforma Decide en el municipio Vilanova del Camí, situado en la comarca del Anoia, provincia de Barcelona.
Los episodios de malos tratos que la Fiscalía atribuye a Carlos Navarro se remontan incluso a 2013. En el año 2018, Fayna Bethencourt ya declaró en una revista denunciando que «Carlos ha hecho cosas muy malas» y que había tenido que recurrir a la ley. «No lo hice antes porque no quería que se supiese que esto lleva ocurriendo desde hace años», señalaba entonces.
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