La vidente asegura que, mientras estaba inconsciente, recibió la visita de su madre, que falleció en 2011. | Efe

Aramís Fuster ha confirmado en Socialité que su estado de salud es delicado y que se encuentra en casa recuperándose tras haber sufrido un coma diabético que le ha provocado que comience a temer por su vida.

La vidente ha explicado que, de pronto, se desmayó y cayó al suelo en su casa, donde vive sola: «No sé cuánto tiempo estuve inconsciente». Un amigo la encontró en el domicilio y le «salvó la vida».

«Es una sensación difícil de explicar, porque si te quedas en coma dejas de sentir... Tuve como un dejà vu», ha contado la mujer sobre lo que sintió justo antes de quedar inconsciente. Ahora, Aramís se encuentra en casa descansando, ya que las secuelas pueden ser muy graves. «No me encuentro muy bien, estoy confusa, te queda un dolor de cabeza muy fuerte», ha contado.

«Mi vida está llegando a su fin. Mi destino está marcado y cuando sea yo no me voy a oponer», ha dicho, muy segura, la vidente. Además, sin poder contener las lágrimas, ha expresado que el «último aliento de su vida» será para pensar en sus hijos, con los que lleva años sin hablarse.

La mujer de 69 años ha añadido que cuando sufrió el coma diabético pensó en ellos y que, ahora, solo desea mandarles un «último abrazo de amor». Mientras estaba inconsciente, la bruja ha explicado que en su mente también recibió la visita de su madre, que había fallecido en 2011, pero que no le dijo nada, sino que se limitó a mirarla.

Tras esta dura experiencia, Aramís ha compartido un mensaje con los espectadores de Socialité, a los que aconseja «que sean felices, que se respeten, porque la vida es muy corta y cuando te das cuenta ha pasado y sientes que te han quedado tantas cosas por hacer». María Patiño, que ha escuchado atentamente las palabras de la vidente, se ha alegrado de que Aramís se encuentre fuera de peligro: «Lo importante es que está bien».