La Guardia Civil pide ayuda a Interpol para poner nombre a la víctima del crimen de Sa Casilla

La Guardia Civil de Balears ha solicitado ayuda a Interpol para averiguar la identidad del cadáver que la semana pasada fue encontrado en la parte trasera de la casa de peón caminero abandonada que se conoce como Sa Casilla, situada en el punto kilométrico número 5 de la carretera de Sant Josep. El motivo es que los investigadores ya han descartado que el cuerpo se corresponda con alguna de las cinco desapariciones de varones que se denunciaron en Eivissa y Formentera en la época en la que se produjo este crimen.
La parte de la autopsia que se realizó en Eivissa determinó que se trata del cuerpo de un hombre de unos 55 años de edad que falleció de forma violenta hace unos dos años, aproximadamente.
El cuchillo
El cuerpo presenta un golpe en la cabeza y varios cortes a la altura de las costillas. Cerca del cadáver se encontró un cuchillo, pero la autopsia no ha logrado determinar si las heridas de la caja torácica se produjeron con este arma. Para dilucidar éste y otros puntos se ha enviado el cuerpo a Barcelona para continuar con los análisis forenses.
Desde el primer momento se sospechó que podría tratarse de un hombre español que desapareció hace unos dos años en Sant Josep, pero se descartó. También se quedó por el camino la posibilidad de que fuera un ciudadano de origen checo que también desapareció en 2008 e igualmente quedaron excluidos dos alemanes cuyo rastro se perdió por esas fechas en un acantilado de Punta Prima, en Formentera.
Hasta aquí los desaparecidos en territorio de la Guardia Civil, es decir, todos los municipios pitiusos menos Vila. El único desaparecido del que el Cuerpo Nacional de Policía tiene constancia en esa época en el municipio de Vila también ha sido descartado, informaron fuentes conocedoras del caso.
Cobra por tanto mucha fuerza la posibilidad de que el fallecido fuera una persona sin arraigo en la isla cuya desaparición no fue denunciada, al menos en Eivissa.
'Okupas'
Este edificio estuvo habitado por okupas hasta finales de 2008 o principios de 2009, según los datos de la Policía Local de Sant Josep. Quedó vacío tras la orden de desahucio decretada por el Consell d'Eivissa, propietario del inmueble, que se lo ha cedido al Ayuntamiento de Sant Josep, que ha realizado un proyecto para convertir el inmueble en una «casa de colonias» para jóvenes.