La ampliación del puerto «no supone, de momento, una amenaza suficiente como para que el Comité de Patrimonio Mundial considere inscribir a Eivissa en la lista de Patrimonio Mundial en Peligro».
Esta es la conclusión que los evaluadores de la Unesco han trasladado, en un borrador de su informe, al Comité de Patrimonio Mundial y al Ministerio de Cultura sobre el proyecto de ampliación del puerto de Eivissa y sus posibles afecciones sobre los bienes declarados Patrimonio de la Humanidad. Un informe que resulta de la visita que realizaron en noviembre los organismos asesores de la Unesco, UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) y Centro Patrimonio Mundial, a raíz de una denuncia del GEN, que alertaba de las posibles afecciones del proyecto sobre los bienes declarados: Dalt Vila y las praderas de posidonia.
En su informe, la misión reconoce «la necesidad de reorganizar el puerto» para reducir el «impacto visual y del tráfico en la ciudad antigua», aunque destaca que, si bien las aguas del puerto están fuera del entorno de los bienes Patrimonio de la Humanidad, la zona de es Botafoc sí forma parte del área de influencia .
Por ello, los evaluadores detallan en su dictámen, que abunda sobre los posibles impactos negativos que podría ocasionar la obra sobre los bienes naturales y patrimoniales, nada menos que una veintena de recomendaciones y observaciones que «deberían ser implementadas» para garantizar la «integridad» y «autenticidad» del patrimonio.
Recomendaciones
Entre las observaciones, el informe habla de «reducir» la cantidad de vertidos, que se prevén realizar en la zona marítima entre Eivissa y Formentera, «con una posible reducción de las plataformas». Cabe destacar que se ha proyectado una gran plataforma con dos pantalanes que ocuparán 75.000 m2 y que el dragado supondrá extraer 600.000 m3 de fango.
Sobre esta cuestión, los evaluadores piden que el desarrollo previsto para el puerto, es decir, sus dimensiones, «se revisen y reconsideren para evitar impactos negativos directos o indirectos sobre los aspectos naturales» de los bienes declarados, en especial de la posidonia.
Otra de las recomendaciones alerta de una potencial pérdida de las «evidencias arqueológicas» que se pueden encontrar en el área de es Botafoc, por lo que solicita que la obra cuente con un seguimiento arqueológico dotado «con las últimas técnologías».
El informe también alerta sobre el potencial impacto visual de la altura de los edificios que se construyan en el puerto (como la Estación Marítima) y pide atención a la contaminación lumínica, entre otras observaciones.