La afectada denunció el robo en el puesto de Sant Antoni. | Marco Torres

El vecino de Sant Antoni que el pasado día 10 tuvo que sentarse en el banquillo como sospechoso de haber sustraído 500 euros a una mujer de 90 años que vivía en el mismo edificio que él ha resultado absuelto de los cargos de robo que pesaban sobre él. El fiscal pedía una condena de dos años de prisión.
La juez responsable del caso ha resuelto en su sentencia que las sospechas denunciadas por la afectada no son prueba suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia que ampara a todo acusado.
La mujer afirmó que había visto al hombre varias veces rondando por los alrededores de su casa y que la última coincidió con la desaparición de unos ahorros que guardaba en un armario. El sospechoso, un hombre que cuenta con distintos antecedentes a causa de sus antiguos problemas con las drogas, afirmó que, como mucho, llamó a la puerta después de que en su casa se escuchara un fuerte golpe y tanto él como su mujer temieran que su vecina, enferma del corazón, hubiera perdido el conocimiento.
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La afectada explicó en el juicio que no llegó a ver nunca dentro de su casa a su vecino, excepto en ocasiones muy anteriores en las que éste se había presentado en su domicilio para pedirle dinero sin que se enterara su esposa. La denunciante también consideró oportuno interponer una denuncia después de que descubriera que, junto con el dinero, había desaparecido una copia de la llave de entrada a su casa que guardaba escondida en un cuarto de baño comunitario al que cualquiera podía acceder.
«Señoría, mi vecina está últimamente insoportable. Todo le molesta, sobre todo que mis hijos jueguen abajo, en una zona que pertenece a todo el edificio. Ya no sabemos qué hacer», concluyó el sospechoso haciendo uso de su último turno de palabra.