La ilusión del CSKA de Moscú y el Sevilla por hacer historia en la Liga de Campeones enmarca esta eliminatoria de los octavos de final, cuya ida se disputará mañana en el estadio Luzhnikí de la capital rusa con un terreno de juego de césped artificial y bajo unas previsiones de mucho frío y nieve. El equipo sevillista, que fue recibido el lunes en Moscú con doce grados bajo cero, confía en superar la ronda y pasar por primera vez a los cuartos de esta máxima competición continental bajo su actual denominación, en la que debutó hace dos campañas y cayó eliminado por el Fenerbahce turco en la tanda de penaltis.
El Sevilla sí conoció la disputa de los cuartos de final de la entonces Copa de Europa, y en esa eliminatoria, en 1958, cayó frente al Real Madrid. Ahora, los hombres del técnico Manolo Jiménez, después de pasar por un bache de juego y resultados, se presentan en Moscú con el rumbo enderezado, algo que tiene al equipo cuarto en la Liga y clasificado ya para la final de la Copa del Rey.
Para este partido, que el equipo preparó el pasado domingo y lunes sobre un terreno de juego de hierba sintética de su ciudad deportiva, Jiménez no puede contar con el goleador internacional brasileño Luis Fabiano ni con el extremo zurdo Diego Capel, ambos lesionados. Sí vuelve a la lista el delantero malí Frederic Kanouté, quien debido a una elongación muscular no estuvo el pasado sábado en Mallorca y que debe paliar la baja de Luis Fabiano. Siguen de baja por diversos problemas físicos tres defensas, los franceses Abdoulay Konko y Sebastien Squillaci y Sergio Sánchez, más el extremo belga Tom De Mul.
El equipo español, que se ganó el derecho a jugar la vuelta en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán tras ser primero en la fase de grupos, buscará mañana la portería rival a sabiendas de la importancia de marcar fuera de casa por el valor dobles de los tantos. Ante ello, el CSKA Moscú espera a la formación andaluza en un partido histórico para los rusos, ya que es la primera vez que se clasifican para los octavos de final de la Liga de Campeones.
El equipo del ejército ruso, que no disputa un partido oficial desde diciembre, se niega asumir el papel de modesto y se propone ganar por uno o dos goles y dejar su portería a cero. «Descansados y frescos, pero sin ritmo de juego», así definió a sus jugadores el técnico del CSKA, el ruso Leonid Slutski, que sustituyó el octubre asado al ex sevillista Juande Ramos, destituido por los malos resultados.


Pretemporada rusa
Ese es el principal temor de Slutski, que reconoce que el partido llega demasiado pronto para el CSKA, que se concentró en enero y febrero en Alicante, Marbella y Turquía, y que apenas ha disputado unos pocos partidos amistosos. El joven delantero ruso Alan Dzágoev es baja en el CSKA tras no haberse recuperado plenamente de la lesión que sufrió en la ingle durante la pretemporada española. La baja de Dzágoev es muy sensible, ya que se trata de un futbolista desequilibrante y goleador, titular indiscutible en la delantera del CSKA desde 2008 y el mejor jugador que ha surgido en este país desde Arshavin.