Esperpéntico. Así resultó ser el partido de ayer entre el San Rafael y Collerense. El equipo ibicenco encajó su mayor goleada de la temporada en un encuentro condicionado, una vez más, por la labor arbitral. Juan Alberti Oñate, al igual que ya había hecho en la jornada vigesimosegunda en el duelo San Rafael-Arenal, en el que expulsó a los azulinos Buti y Javi, volvió a hacer de las suyas con decisiones tan polémicas como incomprensibles. Los visitantes, desquiciados al ver cómo el trencilla regalaba dos tantos a los locales, acabaron el duelo de ayer con infinidad de amonestados y cuatro expulsados. Y eso que no fue un partido brusco.
Las cosas se pusieron bien para los ibicencos al principio, pues Romero adelantó a los suyos en el minuto 21 tras combinar con Salazar. Sin embargo, la alegría no duró demasiado en las filas rafeleras. No en vano, una acción infantil de Guillermo le costó la tarjeta roja directa en el minuto 33. Por si fuera poco, el Collerense igualó la contienda un minuto después por mediación de Camacho gracias a un inexistente penalti -al parecer, por mano-. Con el 1-1 se llegó al término de la primera mitad.
En el segundo acto, el protagonista absoluto fue Alberti Oñate. Dio por válido un gol en fuera de juego de Rafita, que contrajo la expulsión de Ormaechea, y sacó dos rojas más a los pitiusos, que tiraron el partido por la borda en un santiamén. Y es que, tras el 2-1, Torres se tragó desde lejísimos un tiro de Roque. Con tres menos en el campo, el San Rafael estuvo a merced y encajó otro gol.