El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, durante la rueda de prensa de ayer en Fráncfort, Alemania. | Reuters

El Banco Central Europeo (BCE) mantuvo ayer los tipos de interés en el 1 por ciento y decidió continuar con la retirada gradual de las medidas extraordinarias por las que ha prestado a los bancos liquidez ilimitada en la crisis financiera. Paralelamente, su presidente, Jean-Claude Trichet, dijo que sería inapropiado que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ayude a Grecia y reiteró que las medidas adicionales anunciadas por el Gobierno griego para reducir el abultado déficit son convincentes.
No obstante, bien rehusó especificar si el BCE va a ayudar a este país de forma específica, algo que prohíbe el Tratado de Maastricht. «El apoyo técnico del FMI es muy importante y deseado, pero no creo que fuera apropiado que el FMI ponga a disposición ayuda financiera», dijo Trichet.
El presidente del BCE explicó que el consejo de gobierno de la entidad monetaria considera que los tipos de interés son adecuados en el actual 1 por ciento, por lo que dio a entender que no va a modificarlos en los próximos meses. Asimismo anunció que la entidad seguirá dando a los bancos comerciales de la zona del euro toda la liquidez que necesiten en la subasta semanal, que es su operación principal de refinanciación, y que mantendrá esta operación como mínimo hasta el 12 de octubre.
Espaldarazo
Mientras, Grecia vendió el jueves un bono en euros a 10 años y atrajo una fuerte demanda, en un examen sobre la confianza del mercado en su reforma fiscal. Una fuente bancaria familiarizada con la operación dijo que los bonos captaron una demanda por 16.000 millones de euros (22.000 millones de dólares) y que el precio final se fijó en «mid-swaps» más 300 puntos básicos, menos que la indicación inicial de 310 puntos.
«Grecia está de vuelta en el mercado», dijo Petros Christodoulou, jefe de la agencia de deuda del país. El funcionario precisó que Atenas aspiraba a vender no más de 5.000 millones de euros de los bonos. La mayoría de los bonos se adjudicó a «cuentas de dinero real» o a inversores que querían los bonos para inversión más que para especulación de corto plazo, aseguró Christodoulou.