Manuel Salas en el mostrador de la tienda de skateboard 'EZK8' de Eivissa.

El empleado de la tienda de skateboard de Eivissa EKZ8, Manuel Salas, afirma que este año están vendiendo la mitad que el año pasado, «y si comparamos las ventas de ahora con las de hace año y medio, se han reducido en un 70%», añade Salas, quien explica que, «muestra de ello es que en 2008 llegamos a trabajar cinco empleados en el negocio y ahora tan sólo estoy contratado yo a jornada completa y a media jornada está otro compañero».
Manuel Salas explica que dada la situación se plantearon realizar distintos tipos de ofertas en las tiendas, «pero no terminaron de funcionar. El mercado está parado porque la gente no tiene dinero». El empleado de esta tienda de skateboard asegura que comenzaron realizando ofertas de dos artículos por uno, luego descuentos del 20% y al final de hasta el 40%. «Al principio de la oferta de las primeras ofertas, la gente se mostraba más interesada, pero después ya no. Este año los clientes se han esperado hasta las rebajas para comprar, aunque apenas lo hemos notado. Cuando no hay, no hay».
Pese a toda esta situación, Manuel Salas, asegura que de momento no se han planteado cerrar la tienda, «vamos a aguantar el tirón y a seguir luchando», añade.
Por otra parte, Salas reconoce que en la caída de las ventas pueden haber afectado varios factores además de la crisis, como que antes tenían la exclusividad de algunas marcas y ahora hay más posibilidades de conseguir estas firmas en Internet e incluso de forma ilegal. «Otra cuestión que podría influir es que muchos chavales se inician en este deporte cuando todavía dependen económicamente de sus padres. Hay quien depende de un espónsor si patina muy bien pero no es lo habitual».
En cuanto al producto más vendido de la tienda, «sin duda son los 'fingerskate', que son los monopatines pequeñitos que se pueden manejar con los dedos». Se pueden comprar de forma individual o en paquetes de hasta ocho y los precios van desde los 7 euros que vale el 'fingerskate' más económico hasta los 110 euros que puede valer uno de los caros. Para Manuel Salas no se trata de una moda, «sino de un deporte que se está dando a conocer ahora, porque aunque no requiere mucho esfuerzo físico, sí que precisa mucha concentración y bastante técnica».