Despedida de Rahm Emanuel, que optará a ganar la alcaldía de Chicago. | Joan Juanico

La marcha del jefe de Gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel, y su sustitución por el asesor Peter Rouse, anunciada ayer, abre una nueva etapa en la gestión del Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama.

Obama anunció el relevo en un acto en la sala Este de la Casa Blanca rodeado de formalismos que normalmente sólo se reservan a los dignatarios extranjeros.

Característicamente, mientras que Emanuel se extendió en su discurso, se dejó llevar de la emoción e improvisó en algún momento, quien será la nueva «mano derecha» de Obama, Peter Rouse, no pronunció una sola palabra durante el acto.

Rouse, de 64 años, metódico y discreto, no puede ser más opuesto al extrovertido y energético Emanuel, de 50.

Sí tiene en común con su predecesor un conocimiento exhaustivo del funcionamiento del mundo político en Washington, donde ha trabajado durante más de treinta años, la mayor parte de ellos como jefe de Gabinete del ex líder demócrata en el Senado, Tom Daschle.

Rouse, que fue jefe de Gabinete de Obama cuando el presidente era senador, era en la actualidad asesor de la Casa Blanca.

Como nuevo jefe de Gabinete tendrá que hacerse cargo del acceso al presidente y la coordinación entre los distintos departamentos del Gobierno. Tendrá también un gran peso a la hora de determinar la estrategia política de la Casa Blanca.

Giro al centro

Tendrá que hacer frente a los resultados de las legislativas de noviembre, donde las encuestas apuntan a fuertes pérdidas de los demócratas, algo que podría forzar a Obama a adoptar posiciones más centristas.

La llegada de Rouse puede ser el anticipo de una reestructuración del Gabinete mucho más amplia.

Ya ha comenzado el relevo en el equipo económico, donde tres altos cargos, entre ellos el director del Consejo Nacional Económico, Lawrence Summers, han anunciado su marcha. Del equipo económico original tan sólo permanece el secretario del Tesoro, Timothy Geithner.