«El principal desafío que tengo ahora mismo es mantener el nivel que me deja el general Miró». Es lo que afirmó el teniente general Alfredo Cardona Torres (Ibiza, 1950) que ayer tomó el mando del Cuartel General de la OTAN en España en sustitución del teniente general Cayetano Miró Valls (Palma, 1945) que se jubila.
El acto, celebrado en Retamares ante unas 300 personas, entre las que se encontraban las familias de Cardona y Miró y los militares de las 16 nacionalidades que integran el Mando Aliado en Madrid, contó con la presencia del jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general José Julio Rodríguez; el jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), el mallorquín Fulgencio Coll; el jefe del Mando de la Fuerza Conjunta Aliada en Nápoles, almirante Mark Fitzgerald; y el secretario general de Política de Defensa (SEGENPOL) del Ministerio de Defensa, Luis Cuesta.
Para Cardona, hasta ahora jefe de Estado Mayor del Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad de la OTAN en Bétera (Valencia), licienciado en Derecho y que fuera jefe de la Brigada Multinacional 'Plus Ultra' en Iraq, tomar el mando de las fuerzas aliadas en España «es algo que ni siquiera había soñado; es un paso muy importante», además de significar su ascenso a teniente general. Sobre si ha alcanzado el cénit en su carrera militar, el general pitiuso señaló que «he tenido una teoría durante toda mi vida y es que el máximo se consigue diariamente con el trabajo modesto y honrado, y siendo feliz día a día».
La ceremonia de traspaso de mano de Miró Valls a Cardona contó con varios hechos destacados: la intensa emoción del teniente general mallorquín que tras 45 años de servicio pasa a segunda actividad al cumplir ayer mismo 65 años (45 meses al frente del Cuartel OTAN de España), la imposición de la medalla 'Legión de Mérito' de EE.UU que le entregó el almirante Fitzgerald; y la despedida de la bandera española encarnada en el estandante del Regimiento de Artillería Antiaéra nº 71 de Madrid, primer destino del teniente general isleño ya jubilado.
Miró Valls, que en su discurso de despedida destacó el trabajo en misiones internacionales de paz en nombre de la OTAN que le llevaron a Georgia, Kabul y Kosovo, finalizó diciendo: «Gracias, España, por haberme permitido ser uno de tus soldados por tanto tiempo».