Cada vez son más los estudios que demuestran que los frutos secos poseen efectos beneficiosos para la salud y la evidencia científica indica que contribuyen a mejorar diversas patologías como la diabetes mellitus tipo 2 o la obesidad, regulan nuestra salud intestinal y, además, son un gran aliado para prevenir enfermedades cardiovasculares.

En este sentido, los pistachos merecen una mención especial por su alto poder antiinflamatorio y antioxidante. Su consumo forma parte de una dieta saludable equilibrada al ser fuente de nutrientes esenciales y sustancias no nutritivas como calcio, magnesio, zinc, potasio, fósforo, hierro, tiamina, vitamina E y folatos, tal y como destaca la Fundación Española de la Nutrición (FEN).

Es uno de los frutos secos más calóricos (611 kcal por cada 100 gramos consumidos), por lo que aporta una gran cantidad de energía necesaria para el correcto funcionamiento del cuerpo. Poseen un alto contenido en grasas insaturadas, sobre todo monoinsaturadas, que contribuyen a mejorar la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol y lípidos en sangre.

Por otra parte, son fuente de minerales esenciales como el calcio, el fósforo, el potasio y el hierro. De hecho, «una ración de pistachos cubre el 15% de las ingestas diarias recomendadas de fósforo, mineral que contribuye al mantenimiento de los huesos en condiciones normales», añade la FEN. Son ricos en tiamina, vitamina E y folatos, por lo que su consumo ayuda a la «protección de las células frente al daño oxidativo».

Según un estudio publicado en la British Journal of Nutrition, los pistachos proporcionan un alto porcentaje de aminoácidos, más elevado que en otros frutos secos, y son ricos en fibra. Así, la evidencia sugiere que su consumo mejora la calidad de la dieta y «proporciona varios compuestos bioactivos con propiedades reconocidas para el control de peso, el control glucémico y la salud vascular».

Por otra parte, la investigación también subraya que los pistachos, junto con otro tipo de frutos secos como las nueces, son ricos en fenoles compuestos como flavonoides, antocianinas o proantocianidinas. Estos poseen importantes propiedades antioxidantes, cardioprotectoras y vasoprotectoras.