Andrés Vilariño, con su Osella PA-20, traza una de las curvas de la Cala. FOTO: G.G.L.

«A la tercera va la vencida». Así es como resumió Andrés Vilariño su victoria de ayer en la XV Pujada Illa d'Eivissa, tras realizar con su Osella PA-20 los dos mejores tiempos en las dos mangas oficiales y proclamarse de esta forma Campeón de España de automovilismo de montaña este año, tras dos intentos anteriores fallidos. Vilariño, cuatro veces campeón de Europa con 33 victorias en su haber, consiguió ayer su cuarto Campeonato de España de montaña.

El piloto de San Sebastián, que en la jornada anterior tuvo problemas mecánicos en los entrenamientos, consiguió desbancar a sus dos máximos rivales con los que se jugaba el título en esta octava y última prueba del campeonato: el leonés Roberto Méndez (Mitsubishi Lancer) y el catalán Xavi Riera (BMW 320). Vilariño optó al triunfo final en las dos últimas ediciones de la Pujada a la Cala de Sant Vicent, pero fracasó al salirse de la carretera en ambas ocasiones. En esta ocasión no perdonó. Arriesgó lo justo y demostró una superioridad de vehículo, pilotaje y experiencia abrumadora en las dos carreras oficiales, con 2'18''277 y 2'17''010 en ambas pruebas, a más de 7 segundos del segundo clasificado en la Pujada, Xavi Riera.

La jornada de ayer contó con la presencia de cerca de 12.000 aficionados, récord de asistencia, y con menos incidentes que en el primer día de entrenamientos. No obstante, dos pilotos, Germán Valero y Pedro P. Díaz, sufrieron sendos accidentes en el fatídico control 15"punto negro en la primera jornada", que paralizarían la segunda manga durante media hora y provocarían una mancha de aceite, que supuso un riesgo más añadido para los últimos 20 coches en correr, tal como reconocería el ganador al final de la prueba.