Valencia y Barcelona llegan a esta semifinal de Liga de Campeones con una campaña espectacular en Europa. El Valencia, pese a su condición de debutante en esta competición, ha superado dos grupos con adversarios de contrastada calidad y ha eliminado con autoridad en los cuartos de final al Lazio.

Por su parte, el conjunto que dirige Louis Van Gaal ha exhibido una superioridad insultante en las dos liguillas y pese a la derrota en Londres por 3-1, en los cuartos de final, demostró en el partido de vuelta que sabe sufrir y rehacerse ante la adversidad.

El duelo fratricida del fútbol español garantizará la presencia de un representante nacional en la final de la máxima competición nacional, que sería la primera en el caso de los valencianistas y la cuarta para el conjunto catalán.

Héctor Cúper afronta este encuentro con la práctica totalidad de sus efectivos disponibles, tras la reciente recuperación de Amedeo Carboni, Adrian Ilie y Luis Milla, si bien estos dos últimos han permanecido inactivos varias semanas y todavía no han reaparecido con el equipo.

La ausencia del portugués Luis Figo, que antes de lesionarse en los músculos isquiotibiales de la pierna derecha en el Calderón, ya estaba sancionado para el partido ante el Valencia, es lo único que empaña el ánimo del equipo de Louis van Gaal. El hecho de que Figo, el hombre más en forma en las últimas jornadas, no esté en Mestalla, no preocupa tanto en el seno barcelonista como la posibilidad de que el portugués tampoco pueda jugar la vuelta en el Camp Nou, puesto que los servicios médicos pronosticaron unos diez días de baja ante su problema muscular, una periodo de recuperación que prácticamente coincide con el partido de vuelta (10 mayo).

La posibilidad de tener de nuevo opciones al título liguero ha animado a los barcelonistas, que son conscientes de que en Mestalla precisan abandonar la mala racha que acumulan cuando juegan contra los valencianistas a domicilio.

La consigna será conseguir un tanto, porque, de ese modo y como ocurrió ante el Chelsea, el Barcelona se siente con ánimos de sentenciar la eliminatoria en el Camp Nou, siempre que no ceda demasiada ventaja.