Luis Figo, en un primer plano, en una imagen captada en el transcurso del entrenamiento que realizó Portugal.

La pasional Italia anda dividida. Su selección está en semifinales, pero el libreto de Zoff no genera sentimiento de plenitud colectiva. Suele ocurrir cuando un equipo gana de mala manera, cuando renuncia al compromiso que se le supone con la estética y también cuando un entrenador es incapaz de alinear juntos a Inzaghi y Del Piero, fundamentalmente porque deja su gran avaricia al descubierto. Cuatro partidos después, rememorar una actuación convincente de Italia es complejo, pero también encontrar una hoja de servicios tan inmaculada.

Lo que los puristas consideran un ventajismo desmesurado "ceder casi toda la iniciativa al rival y aguardar un error" ha acomodado a la selección azzurra a pocos minutos del título. Sin asumir riesgo alguno, exponiendo únicamente la pegada más rentable, Italia está entre los cuatro mejores equipos de la Eurocopa. Y para los que buscan resultados ese es el resumen más hermoso. El catenaccio vuelve a estar de moda y se ha convertido en una seria amenaza para las agradables propuestas de Holanda, Francia y Portugal. De hecho, en la unaniminidad que genera el cartel de semifinalistas sólo hay un elemento para el debate, una excepción, la italiana.

Francia es la campeona del mundo. Un equipo al que se le encuentran pocos defectos y con un andamiaje sólido. Además tiene a Zidane. Y eso es mucho. La selección gala ha llegado a semifinales dejando rastro de máximo aspirante, incluso da la impresión que hace lo que quiere con los partidos. Los maneja a su antojo. Ahora apretamos, ahora no. Atacamos un rato y descansamos. Esta noche cruza su camino con Portugal, la escuadra que ha regalado el fútbol más fantasioso y que también ha protagonizado el partido más memorable: el que le enfrentó a Inglaterra. Luis Figo ha agasajado a toda Europa con asistencias imposibles y puestos a individualizar pulsos (algunos lo hicieron con Raúl y Zidane), el partido de hoy pone cara a cara a los dos tipos más desequilibrantes del torneo.