EFE - MORZINE
Una inoportuna caída en una curva a unos dos kilómetros de la meta privó al español Roberto Heras (Kelme) de la posibilidad de luchar por la victoria de etapa, triunfo que el corredor mereció por su extraordinario trabajo en la subida al Joux Plane y que finalmente se llevó el francés Richard Virenque.

Roberto Heras rompió la carrera en la subida al último puerto. En las duras rampas del Joux Plane pasó por encima de los tres hombres que en ese momento formaban la cabeza de carrera, hizo sufrir más de la cuenta a Lance Armstrong y enfiló en camino de la meta junto a Virenque. Tras un descenso complicado, en el que sufrió diversos calambres en la pierna derecha, Heras entró en una curva con demasiada fuerza y se fue contra una de las vallas protectoras, circunstancia que aprovechó Virenque para irse en solitario y levantar los brazos en la línea de llegada de Morzine.

Heras tuvo todavía fuerzas para levantarse y cruzar la llegada en tercera posición por detrás de alemán Jan Ullrich. El corredor de Kelme llegó hundido a Morzine, donde no pudo reprimir las lágrimas. Durante largos minutos no fue capaz de articular palabra y ni Fernando Escartín ni su director, Vicente Belda, fueron capaces de consolarle. Un golpe de mala suerte le privó de una oportunidad histórica, la de vencer en una etapa del Tour de Francia, la carrera más importante del mundo.