Jordi Arcarons tras su llegada a Eivissa después de la travesía entre Denia y Sant Antoni. Foto: K.T.

MARCO TORRES
El piloto catalán Jordi Arcarons se encuentra en Eivissa, cambiando un desierto por otro, en su participación en el Raid Beefeater de motos acuáticas Marbella-Mallorca. Este piloto experto en la aventura del París-Dakar, se ha decidido a cambiar la odisea africana por el 'desierto' que suponen las travesías en alta mar. «Me gustan las carreras de aventura y esta lo es, de hecho, se parece mucho al desierto, por lo que se refiere al sistema de competición. Aquí también cuentan la resistencia física y la orientación», explicó.

Esta es la primera vez que Arcarons compite en el Raid Marbella-Mallorca, aunque su relación con las motos acuáticas se remonta a tres años atrás. Para ello pondrá en juego toda su experiencia como piloto de raids, que le han valido varias veces la segunda plaza en el más importante del mundo, el París Dakar. «El Dakar es más arriesgado que esto, sobre todo porque una caída sobre el agua, aunque puede ser muy dura no es tan peligrosa como las que se producen en el desierto. Además, en el Dakar estamos más solos y aquí nos controlan más, porque el Raid Marbella-Mallorca está muy bien montado con dos helicópteros y varias embarcaciones de apoyo», aclaró.

Arcarons mantiene una relación de amistad con el piloto formenterés Xicu Ferrer, que en su última participación en el Dakar sufrió una aparatosa caída que le imposibilitará participar en la edición del 2001. «Xicu es una gran persona y un excelente piloto que no ha tenido suerte, porque la lesión que sufrió es de las más difíciles, ya que yo mismo la tuve y estuve casi un año en el dique seco», explicó Arcarons. Respecto a la trayectoria de Ferrer, que en su segundo Dakar consiguió acabar entre los 25 primeros, Arcarons la calificó de excepcional: «No suele ser muy habitual que un piloto con pocos medios logre acabar tan arriba en su segunda participación, eso sin duda, es una prueba de que se trata de un gran piloto».